Capítulo 36

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Me siento espantoza con este vestido.

¿Entonces por qué lo uso?

Fácil no fue, pero de alguna manera, mi nana llegó a mi castillo y me suplicó en que lo usará.

—¿Recuerdas que te dije que no iba a vestir nada que venga de ti?

—¿Recuerdas que a mi no me importa si lo haces o no?

Discutimos por largos minutos, hasta lograr que se callará con la idea de que si lo "usaría", pero no, definitivamente no lo usaré hoy, ni en ningún día.

El vestido consiste con unas tonalidades claras y demasiada brillantina horroroza. Es mucho para mi elegante concepto.

Mi cabello esta recogido en un moño elegante y una corona totalmente de diamantes grises que se acomoda con el peinado. Me miro en el espejo  y hago una mueca de disgusto. Tras de feo, pesado.

—No es tan tú, pero te queda muy bien —opina mi amiga al llegar.

Quiero llorar al verla con su vestido verde escarlata. Es largo y plano, ya que, no puede vestir nada que le pese, y se ve muy bonita.

—Habla por ti, yo me quitaré esta brillantina.

Hago un ademán de llamar a mi doncellas, pero llega mi Nana.

—¡Ni lo intentes niña del demonio! —Se acerca—. Te ves bellísima.

Volteo los ojos, mientras ella me inspecciona de pies a cabeza con una fea sonrisa de abuela.

—¿Crees que yo? ¿Una mujer de casi veinticinco años, líder mundial del mundo, vestiría como una niña de quince años? —le cuestiono—. Seamos sinceros Nana, esto no es algo que Ayla Clayton se pondría.

Mi Nana arruga su frente ya arrugada.

—No tiene sentido —dice y me señala completa con su bastón—. Si lo que te preocupa es que no se te note tu cuerpo, el escote es suficiente para resaltar, bella.

No puedo evitar resoplar por su discordia.

—No necesito mostrar mi cuerpo para resaltar, es simplemente mi forma de vestir —respondo molesta—. Así que esta decidido; me cambiaré.

Antonella parece que se le va el color de la cara a penas me escucha.

—¡Jamás! —se niega.

La ignoro y ordeno a que traigan otro vestido.

—Ayla, estás perfecta así —insiste poniéndose en frente de mí.

Bajo la mirada y observo su pequeña estatura.

—Conozco mi estilo —replico—. Y este claramente no lo es, Nana. No me estorbes.

Se estresa.

—Pero Ayla...

Me volteo hacia el vestuario para quitarme el vestido y proceder a vestir otro de mi gusto.

—Déjala Lady, es mejor que se sienta cómoda con lo que lleva puesto, ha que ande todo el día con mal humor —escucho a Candy, aconsejar a mi Nana.

En segundos quedo en ropa interior. Me revisan la herida, comprobando que todo esté bien y después prosiguen. El peinado se queda, porque combina con el vestido que usare.

Es de color blanco y pegado al cuerpo, los hombros descubiertos con guantes del mismo color. El vestido tiene un escote de corazón y debajo de este, como decoración, trae unos botones con un cintó blanco. Terminado con una abertura en mi pierna derecha y una cola que cae desde mis caderas hacia atrás.

QUEEN OF DARKNESS (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora