Capítulo 38

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—¿Gris o color vino? —pregunta Sebastián con dos trajes en percheros.

Sostiene uno a la altura de sus hombros y hace lo mismo con el otro, un poco indeciso.

Por mi parte, estoy vestida con un conjunto de pantalón corto y blusa negra, encima llevo un abrigo que se asimila a un vestido. El cual, es gris y tiene un bordado de color negro. Además, tiene un acolchado en la tela interior que me proteje del frío. Calzo unas botas negras y altas.

Me encuentro recostada en el brazo de un sillón a la espera de que mi amigo termine de arreglarse, ya que ayer me convenció de acompañarlo hasta el cuartel masculino de Muat.

—El que quieras —musito y cierro los ojos para descansar un rato.

He estado entrenando todos estos días. Gracias a ello, el cansancio me provoca dormir todo el día, más con el frío que está haciendo en estos días.

—¿Cuál uso? —repite.

Abro mis ojos con pereza. Él me está observando con mucho desespero, como si me importara su elección.

—El vino —respondo en medio de un bostezo—. Te verás más interesante.

Pone los ojos en blanco, volteándose al espejo y continúa con su indecisión.

—¿No era ya, interesante? —se resiente.

—No.

Me vuelve a mirar totalmente ofendido y eleva su barbilla.

—Pues... tú tampoco.

Medio sonrío, sabiendo la verdad.

—Soy Ayla Clayton, Sebastián. La única reina imperial del mundo —me halago—. Soy más que interesante. Soy poderosa.

Vuelve de nuevo al espejo, enojado.

—¡Eres muy ingrata conmigo! —alega—. ¿Lo sabías?, ¿no?

Alzo los hombros despreocupada.

—Claro.

Le saco un suspiro frustrado y, como si fuéramos amigos de años, se quita su vestimenta sin ningún tipo de vergüenza. Logrando quedar en ropa interior.

Me sorprende bastante que mantiene un cuerpo definido y marcado. Nunca lo llegué a asimilar porque siempre usa una talla más grande que la de él.

—¿Desde cuándo tienes ese cuerpo? —pregunto asombrada de lo bien que se ve.

—Desde que nací —contesta, poniéndose el traje vino.

—No —niego—. Eres un perezoso, sé que no entrenas para nada.

De inmediato me sonríe y alza su brazo derecho, haciendo que su bíceps se note. Lo golpea mientras me mira pícaro.

—Esto, amiga mía, es lo que yo le llamo; factor sorpresa.

Lo miro entre confusa y divertida.

—¿Factor sorpresa? —repito.

Se ríe y empieza abotonarse la camisa.

Es un traje sencillo e informa; pantalón vino y saco también, su camisa es blanca y zapatos negros. Lleva el cabello un tanto desordenado, dándole el estilo perfecto a todo su atuendo.

—Siempre dejo lo bueno para el final —explica.

Ladeo la cabeza por su gracia.

—Listo —avisa el chico—. ¿Cómo me veo?

Lo detallo y no está mal, él es alguien lindo.

—Bien —le respondo, cerrando de nuevo mis ojos.

QUEEN OF DARKNESS (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora