QUEEN OF DARKNESS (Libro 1)

Coronación imperial

—Nota: esta coronación está inspirada en la entrada y el vestuario de la coronación del video que dejé arriba para que le echen un vistazo y lo comprendan. XD También, si desean entender mejor el vestuario y coronas, les dejaré un collage en la parte de arriba y al final del capítulo.

*Les recomiendo la canción: Appause de Lady Gaga*.

                                         (...)

Dos años antes de lo actual.

Ayla.

Estamos en el continente Krithpsis por una sola razón en específico; hoy me coronarán como la primera reina imperial del mundo.

He trabajado durante dos años para conseguir este puesto tan importante en mi vida. Me esforcé al máximo y los resultados se están haciendo notar poco a poco, como el suceso que está por iniciar el día de hoy.

En el mundo existe cinco continentes, en los cuales solo nombran a los reinos más poderosos en imperios. Yo trabajé mucho para lograr que Muscadet se convirtiera en un imperio. Conquisté miles de reinos para agrandar mis tierras. Después, creé muchos comercios para incrementar la economía de mi Nación. Me gané el respeto, la grandeza y la autoridad en todos los rincones en que ahora mi nombre es alabado o temido.

Nasr —el imperio de Krithpsis— es el primer imperio del mundo. El que fundó la tradición de los líderes mundiales. Por lo cual, las ceremonias de coronación imperial se realizan en Nasr. No en su palacio, sino, en el templo dorado. Especial solo para los próximos reyes imperiales.

Entonces, en estos momentos, me encuentro en una casa lujosa para prepararme antes de salir al día más importante de mi vida como reina de Muscadet.

Seré la mujer que derribará todas las murallas impuestas por el hombre y me convertiré en la primera líder mundial. Recibí mucho odio en todo el transcurso que realicé para llegar hasta aquí. Miles de personas —en su mayoría hombres— hacían revueltas para impedirlo. Más que todo en los demás reinos, porque en Muscadet están acostumbrados a que una mujer gobierne. Ignoré todo tipo de comentario, ya que, al final, lo conseguí y todo aquel que se impuso a mi ascenso, ahora tendrán que vivir bajo mi mandato.

—¿En serio debo de usar un vestido rojo y con dorado? —le pregunto a mi dama de compañía.

Ella asiente con la cabeza y me vuelve a señalar los qué hay para elegir.

—No puedo utilizar... no lo sé, ¿púrpura? —insisto.

—Es obligatorio —interrumpe Lean, quien está junto a mí—. Los reyes también utilizaron trajes rojos con dorado en su coronación imperial. No es permitido cambiar la costumbre.

Blanqueo los ojos y dejo las manos en mis caderas. Llevo una bata de color negro, rodeando mi cuerpo desnudo y mi largo cabello del mismo color está en su estado natural; ondulado.

—Además, ya utilizaste ese color en la coronación real, majestad —añade.

Suspiro y recuerdo ese momento. No es uno de mis días favoritos sinceramente.

—Era lila, pero está bien —me rindo—. La tradición, ya entendí.

Con afán elijo el último que está a la derecha y mis doncellas corren para sacarlo y empezar a prepararme.

—Solo queda media hora —nos avisa mi conde—. No hay mucho tiempo.

Le sonrío, despreocupada.

—Me arreglan por tradición —invierto sus palabras—, aun cuando no lo necesito para verme bien.