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Crowley estaba absorto en la televisión, Anathema me había recomendado una serie y desde que había llegado ni había parado de estar embobado frente a la pantalla.

Aziraphale estaba algo aburrido, podía ser que no tenía suficiente voluntad de negarle ver tanta televisión, se le veía tan entretenido que su rigidez se ablandada; pero había un límite, no pudo ver las noticias por culpa del pelirrojo.

Se puso frente, haciendo que Crowley pausara la serie, allí se talló los ojos bajo los lentes, gruñendo.

— ¡Aziraphale, no me hagas esto! — Sollozó melodramático, el albino rodó sus orbes.

— Mañana tienes que trabajar, querido, ¿con qué ojeras irás? Las bolsas llegarán hasta tu mandíbula.

— Tampoco es tan tarde...

Mostró su celular demostrando que no era para nada temprano, más bien, eran las doce y media de la noche. Crowley tragó saliva y sonrió nervioso.

— A dormir Anthony Crowley.

— Solo un capítulo más...

Dejó los lentes a un lado y mostrando sus orbes miel hizo una carita que a cualquiera terminaría de convencer. Aziraphale tensó su entrecejo y se cruzó de brazos, negó con la cabeza dando su veredicto final.

— No, a dormir.

— Por lo menos déjame terminar este capítulo... ¿Sí?

— Uhm... Esta bien.

Se despidió con la mano y se fue a la habitación.

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Gimme Love!!  [Ineffable Husbands]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora