Aziraphale sentía que su estómago se oponía de hambre, no había desayunado y eran más de las seis de la tarde. Crowley caminaba a su lado, ambos estaban en silencio, cosa que era usual entre los dos. El albino se maldijo por no haber comido por lo menos una galleta en todo el día, su cuerpo y sus gestos evidenciaban claramente su malestar, alterando a quien tenía a su lado.
— ¿Que sucede? ¿Te duele el estómago?
— ...Un poco. — Confesó, no podía mentir cuando se estaba sobando el abdomen haciendo caras.
— Vayamos a comer entonces.
— Podemos comer en casa...
— Te desmayarás antes de que lleguemos, seguramente.
— ¡Oye...! Tampoco estoy tan mal, mhf... — Hizo un mohín, cosa que provocó en Crowley una sonrisa.
Su mano regordeta y nivea fue tomada por él, de ese modo fue conducido hasta uno de los restaurantes que estaban en la misma vereda, allí Crowley fue quien le pasó el menú para que Aziraphale eligiese.
Tenso, intentó ver algo que esté dentro de su presupuesto, todavía no le pagaban y quería ahorrar. En silencio indicó lo que quería, y Anthony todavía con su expresión simple pero más relajada a la que estaba cuando caminaban hace unos minutos, fue quien dio las órdenes al mozo.
Tras unos minutos de silencio, la comida llegó.
Aziraphale comió su emparedado, estaba bueno para ser un local pequeño o posiblemente por el hambre aceptaba cualquier cosa. Dedicó pequeñas miradas al más alto, tenía en su plato un pedazo de pastel de chocolate amargo. ¿Qué era lo que sentía exactamente por él? ¿Por que compartían el mismo anillo en sus dedos anulares izquierdos? A veces no quería repasar sus decisiones, pero tampoco sabía si fueron las correctas.
¿Estaba haciendo bien comiendo en un local cualquiera con él? ¿Esa fue su meta de vida?
No se dio cuenta cuando ambos terminaron. Se limpio con la servilleta, dejando escapar un suspiro de pesar y satisfacción, su estómago lo agradecía.
— Estaba delicioso. — Habló.
— No estuvo mal.
— Llamaré al mozo para que nos dé la cuenta.
— Bien.
Aziraphale se removió para alcanzar su billete en su abrigo, pero Crowley se interpuso.
— No, no, yo invito.
A medio camino quedó Aziraphale, viendo incrédulo al de mayor estatura, este mantenía una expresión tan simple como un niño de cinco años podría dibujarla. Y ciertamente esa cara hacia que sus palabras resultaran las potentes. Dejó sus manos sobre la mesa, asintiendo.
— Está bien.
Crowley pagó poco después y ambos volvieron a casa.
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Gimme Love!! [Ineffable Husbands]
FanficAdaptación a los Inefables. ⭐ La historia como los personajes no son míos. Créditos a @PushtiDarling por su bonito fanfic y todo su esfuerzo.