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El parque que tenían cerca del edificio era bastante grato, no habían muchas personas a esas horas de la mañana, y es que habían decidido estar ahí debido a una razón importante, irían al veterinario para que hicieran un chequeo a su hijo adoptivo, solo para prevenir.

Es por ello que no solo era Crowley y él afuera, sino que también estaba Adam en su maletín andante, dentro solo observaba alrededor.

— No hay perros cerca, yo creo que puede salir.

Aziraphale asintió a esas palabras y dejó el transportador en un banco, allí sacó de su bolsillo una pequeña correa para entonces ponérselo a Adam, querían que probara lo que era estar en el exterior y como ya habían aprendido de las primera veces, tenían que tenerlo controlado por si el pequeño quería irse corriendo a investigar.

Ahora el pequeño tenía un poco de libertad de salir de su escondite, no lo apresuraron.

Pasó un momento donde Adam agarró confianza y salió, tan rápido como el viento bajó y corrió hasta el césped. Aziraphale soltó un ruido de sorpresa y afirmó bien del extremo.

— Dios, este gato es fuerte. — Dijo el albino.

— No sé si le gusta o solo quiere irse a casa.

— No creo que sepa como volver.

— Cierto.

Los adultos se levantaron y empezaron a caminar por el pequeño parque, Adam corría y de vez en cuando se quedaba sentado mientras miraba a su alrededor, estuvieron así por media hora hasta que decidieron por ir al veterinario, se acercaba la hora de la consulta y no podían llegar tarde.

Adam estaba totalmente sano, solo un poquito sucio por toda la tierra que se llevó consigo en su paseo.

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Gimme Love!!  [Ineffable Husbands]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora