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— Le tengo bastante cariño a este departamento.

Una frase fuera de contexto, Crowley estaba en el balcón mirando el horizonte como si se tratara de una película tras decir algo así. Aziraphale estaba regando las plantas, habían muchas flores mostrando sus lindos pétalos.

— ¿Ah, sí? ¿Por qué?

— Porque acá se desarrolló nuestra historia. Desde el odio al amor.

— ¿Odio?

— Claro, sé que me tenías mucha rabia.

— Si, quizás un poquito.

Crowley rió y se sentó en la silla mientras tomaba un sorbo de su café, Aziraphale solo se retiró por un momento para lavarse las manos y así volver con él tomando su propia taza.

— Solo detestaba la situación e en la que me metí.

— ¿Y te arrepientes ahora?

— Dios, ¿Por qué me preguntas eso? Claro que no.

Lo dijo y tomó algo de su té, no podía evitar sentir sus propias mejillas tibias pero era lo de menos. Solo miraba de reojo la expresión del pelirrojo.

— Hah... En estos casi tres años ha pasado muchas cosas... ¿Por qué no escribes nuestra historia y lo haces una autobiografía?

— No haré tal testamento. Falta mucho para que termine.

— Aww... ¿Dices que tendremos más historia juntos?

— No necesariamente, también puede ocurrir como que te mueres o algo.

— Ángel Bastardo.

Momento agradable, estuvieron por media hora más hasta que entraron, Adam fue directamente al espacio entre ambos cuerpos, ahí era más calentito. La pareja se tomó de las manos prendiendo la tele.

— De todas formas, en ese futuro quizás tengamos una casa.

— No lo sé, querido, no lo veo como un objetivo de vida.

— Yo sí. Quisiera que tengamos el espacio suficiente por si adoptamos.

— ...¿Más gatos?

Crowley solo esbozó una ladina sonrisa.

— Claaro, gatos. Aunque sí, eso también es mi deseo, cinco gatos por lo menos.

— Dios...

Lo peor es que no rechazaba esa idea.

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Gimme Love!!  [Ineffable Husbands]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora