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Estaban cerca de cumplir dos años de casados, y en vez de tener algún sentimiento negativo o positivo al respeto, no sentía nada, no pasaría gran cosa ese día ni tampoco cuando la cuenta regresiva llegue a cero. Crowley seguiría siendo alguien cercano a él pese se mudase.

Posiblemente iría dónde su hermano por un tiempo hasta que pudiera conseguirse algún otro lugar para vivir y seguir con una nueva etapa, no peor a la anterior.

Eran planes lejanos e inconclusos, ahora lo único que estaba haciendo leer un buen libro con Adam en su regazo, acurrucado y durmiendo; para hacer más ameno el descanso, le daba caricias en su suave pelaje, sintiendo el ronroneo que le relajaba el doble. Crowley por su parte estaba en la terraza mirando el horizonte, como tenían al pequeño gatito, habían puesto protección en la orilla.

Últimamente veia muy pensativo al pelirrojo, mas no podía decir si era algo malo, no lo veía triste y cuando interactuaban se comportaba como si nada, siendo el mismo de siempre, estúpido pero agradable.

¿Qué cosas estará pensando? Le echó un ojo reposando su cabeza en el respaldo del sofá, aprovechando que había terminado una página, habló lo suficientemente alto para que le escuchase.

— Oye, ¿no tienes algo mejor que mirar? Allá solo están construyendo un edificio que seguramente nos tapará la vista.

Crowley se dió la vuelta y se apoyó en el delgado enrejado que cubría la terraza. Aziraphale tragó saliva tensándose, pensando que si eso se rompía se amigo hasta ahí quedaría.

— Sí tengo algo mejor que mirar.

— ¿Y qué esperas?

— Es que ya lo estoy haciendo.

Hizo un gesto de confusión sin entender, intentó concentrarse y hacer un punteo invisible de qué veían los ojos miel de su acompañante, pero solo cayeron a él mismo. No era posible que dijera eso con seriedad, como siempre, estaría jugando consigo y se notaba en la sonrisa ladina que forjaba sus delgados labios.

Apartó el rostro.

— Si quieres tomar a Adam solo tenias que decirlo.

No quiso girar el rostro para ver a Crowley, sentía que si lo hacía se pondría demasiado nervioso; lo sentía muy cerca, se mordió el labio interiormente aguantando como podía el calor en sus mejillas. Era al parecer, una de esas raras veces donde el más alto rompía el espacio personal, poniéndose como un pesado.

— Querido. ¿Que crees que haces?

— Dijiste que mirara algo mejor, eso hago.

— Estás muy cerca...

— Solo si me miras de vuelta dejaré de molestarte.

— ¿Estás loco? Si lo hago, te daré un cabezazo.

El pelirrojo rió, eso dejaba al borde de la locura al albino, su voz llegaba directamente a su oído, si susurraba podría escucharlo sin ningún problema y no solo eso, quizás su voz baja y cerca de su oído le haría estremecer. Bajó la mirada hasta Adam, quien había abierto sus ojitos por el ruido entre ambos amigos, posteriormente se levantó y se fue a comer.

Los segundos pasaban, ya se había aburrido, si realmente quería que se quedaran mirando tan cerca, aceptaría las consecuencias.

Giró el rostro hasta donde estaba Crowley con tal velocidad que podría marear, pero fue una pésima idea, tal cual había predicho el de rizados cabellos, el más alto al estar tan cerca suyo había estado en el rango de su cabeza y un golpe en la nariz de ganó.

Crowley de alejó riendo adolorido, llevándose ambas manos a la nariz. Aziraphale se resistió a socorrerlo, cruzándose de brazos y con la vergüenza hasta sus orejas.

— ¡Te lo dije!

— ¡Mi nariz! — Se quejó — Ayayay...

Si no hubiese sido tan brusco, habrían estado muy cerca y Aziraphale no se hubiese resistido a su belleza...

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Gimme Love!!  [Ineffable Husbands]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora