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— Me estoy muriendooo.

Quejas y sollozos era lo único que salía de la boca del pelirrojo, estaba sentado en la silla de la isla de la cocina, apoyando su mentón sobre la superficie. Le dolía el estómago y según lo que pudo sacar a base de varias preguntas, es que comió algo que le sentó mal en el trabajo.

— ¿No tienes nada mejor que hacer, querido mío? — Cuestión como una queja, llevaba más de media hora derritiéndose en su asiento.

Aziraphale estaba cocinando sopa, algo liviano para el pobre estómago de su amigo, pero estaba cuestionándose si seguir haciéndolo ya que estaba muy tentado en tirarle la olla en toda la cabeza para que se callase.

— Ay, Azi, así no se le habla a un enfermo. — Sin siquiera verlo sabía que se estaría llevando la mano al pecho para enfatizar el dramatismo.

— Qué habrás comido para que te doliera el estómago.

— Mm... Solo comí el almuerzo que dejaste.

Tragó saliva, sintiendo un extraño golpe mental, al final fue su culpa. De todos modo se rehusaría a pedirle perdón, pudieron haber existido muchos más variables que afectaran en su dolor actual. Tras terminar le sirvió en un plato todavía en la barra. Allí Crowley sonrió, pero la cara de enfermo, en muchos sentidos, nadie se lo quitaba.

— ¿Y es seguro que es dolor de estómago? No has tenido náuseas.

— Es solo dolor bajo el abdomen...

— ...¿Dónde es entonces?

— Abajito.

Aziraphale alzó una ceja teniendo un tic en su ojo. Se sobó la frente.

— ¿Dónde crees que tienes el estómago?

— ¿Abajito?

— Más abajo del abdomen... Lo único que se me ocurre son los dolores menstruales de las mujeres. Pero se supone que tú eres hombre.

Entrecerró sus ojos, posando los dedos en la orilla de la barra para acercarse un poco a la cara del más alto, la reacción ajena fue sonreír de forma extraña. Quedaron en un silencio, Aziraphale notó las pestañas de Crowley, eran largas y las inferiores también sobresalían.

Tras darse cuenta que Crowley no hablaba, se alejó carraspeando, como si no hubiese hecho nada, aunque tenia la cara ligeramente roja. La cara de Crowley no ayudaba en nada

— Tienes cara de niña.

— ¿Aaaahh? — Preguntó el pelirrojo — No soy mujer, soy macho... Creo.

— Por tanto que chillabas de dolor...

— Aziraphale, me voy a levantar para quitarme los pantalones y demostrarte que soy un hombre hecho y derecho.

— ¿¡Q-Qué!?

Su rostro se coloró de rojo intenso por la aseveración del más alto, parecía que lo decía en serio porque se había puesto de pie y se estaba desabrochando el cinturón. Estaba a punto de tirarle el plato de sopa para que dejara de moverse pero algo superior a ambos les detuvo.

Crowley se llevó la mano a la boca y corrió al baño, vomitando.

Aziraphale trató de procesar todo eso, claramente le ayudó después pero pudo sacar la conclusión que fue un dolor de estómago al fin y al cabo.

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Gimme Love!!  [Ineffable Husbands]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora