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Sexto mes, estaba mucho más tranquilo. Ya no le importaba mucho que Crowley llegase horas más tarde; ya estaba consciente que lo que hacía era pasar rato con su amiga; pero no podía evitar pensar que ese pelirrojo estaba enamorado de esa chica, cada vez que llegaba tenía una cara que nunca hacía con él.

Lo que más le llamaba la atención era que le gustaba cocinar las recetas que Anathema le daba, desde tés a algunas comidas.

El olor de aquel día era familiar, se acercó a la cocina viendo a Crowley bastante concentrado en una olla con tamaño considerado.

— Eso es demasiado grande para tu estómago. — Dijo el albino mirando lo que preparaba el más alto.

Este rió y revolvió con su cuchara lo que había dentro.

— No lo comeré solo, si sale bien, será también para tu almuerzo. ¡Ya verás que será la mejor comida que hayas probado!

Aziraphale no dijo nada y se quedó mirando, olía muy bien

Estuvo ahí hasta que Crowley tomó una cucharada y la acercó a Aziraphale, allí hizo una suave sonrisa.

— Prueba un poco.

Sin hacer quejas, sopló y probó, no estaba nada mal. Se relamió los labios, asintiendo. El pelirrojo tomó lo que sobró de la cuchara y tapó la olla.

— Siempre me sirves tus comidas, ¿por qué no le das algo a ella?

— Se lo daría pero como nos vemos en las tardes la comida ya estaría fría.

— ...Pues invítala.

Sus ojos parecieron brillar a través de los lentes oscuros.

— ¿De verdad?

— Sí, querido. Pero dentro de dos semanas porque ahora necesito tranquilidad para hacer unos trabajos.

— Ay, Aziraphale. Eres un ángel.

Crowley soltó un suspiro de colegiala y se acercó a la barra para descansar y esperar que se termine de cocinar su comida. Aziraphale se retiró.

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Gimme Love!!  [Ineffable Husbands]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora