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Su corazón latía con demasía por los nervios, había recibido una noticia de parte de su superior y ahora estaba esperando la respuesta. Hace unos días, alrededor de una semana, le notificaron que tenía que realizar un proyecto bastante complejo que podía implicar su estadía en aquella empresa, si fallaba iba a ser despedido y si no, se mantendría donde estaba.

Era una práctica constante para limpiar puestos y darle la oportunidad a otros trabajadores que podían sacar mejor provecho a sus habilidades. Actividad anual que no todos tenían que hacer, solo los seleccionados y entre ellos estaba Aziraphale. Reuniones y trabajos que le hicieron trabajar hartas horas en la casa, sus horas de sueño fueron mínimas en todo el transcurso de la jornada de evaluación; si no fuese por Crowley, quien estuvo en todo momento a su lado sirviéndole café y ánimos, quizás se hubiese rendido.

En ese momento solo podía esperar para recibir la tan ansiada noticia, no amaba su trabajo pero le daba un buen sustento y por lo menos le agradaba estar ahí.

Pasaron las horas cuando la puerta del edificio se abrió dejando salir a Aziraphale, mientras iba bajando las escaleras pudo encontrar a Crowley de pie apoyado en el auto con un lindo atuendo, tenía en sus brazos un pequeño ramito de flores rojas y blancas. Cuando el de lentes lo vio sonrió y rápidamente fue a su encuentro, sonriendo.

— Hola, cielo. ¿Qué tal te fue?

— Yo...

Aziraphale se quedó en silencio por un momento provocando que la expresión del pelirrojo se volviera dudosa y hasta nerviosa, cualquier cosa podía salir de la boca del albino.

— Yo... ascendí, me ascendieron.

— ¡Oh! ¡Increíble! Felicidades, Ángel. Te lo mereces.

Así era, había sido ascendido por su empeño y empezaría mañana con un nuevo nivel y tareas que realmente se acercaban a lo que quería trabajar desde que empezó a estudiar en la universidad. Estaba tan estupefacto que solo pudo sonreír tontamente y por el impulso abrazar por el cuello a su pareja; allí solo ocultó su cabeza en su torso, suspirando temblorosamente.

Crowley soltó una risita enternecida y lo abrazo de vuelta. Aziraphale no podía expresar lo agradecido que estaba por su apoyo incondicional.

— Te traje flores.

— ¿De qué hubiesen servido si me hubiesen despedido?

— Mmmm, de consuelo. Son muy lindas como tú.

— Pff. Las aceptaré...

Crowley sonrió como y tras separarse le abrió la puerta del copiloto.

— Entra, tenemos que ir a celebrar y decirle la noticia a Adam.

— No creo que entienda.

— ¡Igual tiene que saber!

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Gimme Love!!  [Ineffable Husbands]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora