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Crowley era bastante bueno manejando, a lo largo de los años ha demostrado tener bastante control en cada elemento espacial tanto del vehículo como de su alrededor; sabía cuando frenar, sabía estacionarse sin ningún problema y hasta podía darse el lujo de usar la pantalla táctil del vehículo para cambiar de emisora, cosa que siempre Aziraphale le regañaba pues, a pesar de ser este un buen conductor, un choque podía suceder por otra persona, no por él.

Como lo había buscado del trabajo, ambos en su rutina se fueron juntos hasta el departamento donde vivían, fue un ambiente tranquilo, donde la luz del sol llegaba cálidamente a sus pieles a través de la ventana. Solo al llegar al estacionamiento, Crowley se quitó el cinturón y se estiró libremente. Aziraphale lo miró de soslayo, a punto de abrir la puerta.

— Espera, Ángel. — Detuvo el pelirrojo, el susodicho tuvo que detenerse, aunque haciendo un gesto de confusión.

— ¿Qué pasa, querido?

— Quédate un poco, el auto está muy agradable.

Era cierto, la misma calidez que habían sentido en todo el recorrido se había mantenido guardado en el interior del vehiculo, posiblemente al salir llegaría el frío del pavimento encerrado, estaban en el subterráneo, sin nadie más cerca. Se volvió a acomodar en su asiento, ganando una sonrisa agradecida por parte adversa.

— Gracias.

— Solo será un par de minutos, no tardará en enfriarse acá.

— Podemos mantenerlo caliente.

Estiró un poco sus ojos, esperando no dijera nada subido de tono o de una se iría al ascensor sin esperarlo; afortunadamente su expresión pareció llegar como advertencia al pelirrojo, quien solo rió, dejando caer su mano hasta su hombro. Allí solo acarició con sus dedos hasta que Aziraphale demoró en extender su extremidad, permitiendo que el ojimiel tomara su mano y entrecruzara sus dedos con los suyos. Fue un grato gesto, Aziraphale de inmediato se tranquilizó, dejando caer su cabeza hasta el respaldo de su asiento.

Ambos se quedaron mirando.

— Sabes, he estado pensándolo.— Volvió a hablar — De verdad quiero hacerme un tatuaje.

— ¿Ah? Pensé que te habías olvidado de eso.

— Pff, no, solo quería decidirme por algo de lo que no me arrepentiré.

— Ojalá no digas que será mi nomb--

— Será tu nomb--

Aziraphale iba a soltarse del agarre de su mano pero Crowley entre risas apretó sin fuerza sus dedos para evitar que se le escape.

— ¡Era broma!

— ¡Ah! Sabes que de ti puedo pensar cualquier cosa.

— Tranquilo, me quiero tatuar otra cosa, pensaba el fin de semana ir para que no tengas que llegar a casa solo.

Rodó los ojos, evitando ruborizarse por la amabilidad que su novio le brindaba, teniendo que concentrarse en el tema principal.

— ¿Y me dirás lo que te quieres hacer?

— Nop, será sorpresa. Pero será increíble, ya te lo digo.

— No me queda otra que creerte, querido.

Él sonrió, esa sonrisa tan bonita que llevaba conociendo desde el principio. No pudo evitar ceder a su amor y sonreírle de vuelta.

Poco después bajaron del vehículo.

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Gimme Love!!  [Ineffable Husbands]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora