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— Oye, Azira. ¿Me prestas tu celular?

— Ni lo piensas, querido.

— Vamos, solo un poquito, no le haré nada malo.

Había sido una petición demasiado extraña para Aziraphale, los dos estaban tranquilos en el sofá haciendo cada quien con con lo suyo en su celular, por desgracia se le había contagio el consumismo a las redes sociales. Ahora ser interrumpido solo para que le quitaran el celular le había sido inesperado, solo por inercia le negó.

Ahora que pudo pensarlo y después ver la carita inocente que estaba haciendo su amigo le hizo dudar; entrecerró los ojos vigilándole y con mucha duda le extendió su celular.

Crowley con una ancha sonrisa por ser concedido su deseo, manipuló el celular adverso y en menos de un minuto se lo devolvió a Aziraphale. El albino vio que no había nada raro, de hecho, parecía que no había abierto ni una aplicación.

— ¿Qué fue eso?

Crowley ocultaba algo, se notaba en su expresión.

— Mmm, nada. Me voy a dormir, mañana hay que trabajar.

Solo recibió una palmada en la cabeza y después silencio, había quedado solo en la sala.

Pensando en todo lo raro que sucedió, se levantó dispuesto a también dormir, sin antes, claro, de darle comida a Adam, quien crecía saludablemente. Solo faltaban dos meses para cumplir los dos años de casados.

A la mañana siguiente, fue despertado por la alarma. Se sintió algo perdido y al ver la hora que era se sorprendió, no era la usual; entrecerró los ojos todavía sin apagar la alarma, tratando de despertarse. Ahí fue cuando vio el título que tenía.

"Despierta dormilón <3"

Así que eso había hecho el pillo de Anthony con su celular.

Por algún motivo sintió su rostro arder, ¿cómo debía tomárselo? Crowley era muy amable pero no creía que esto se lo hiciera a cualquiera, demoró dos años en hacérselo a él.

Se levantó apagando de una vez la alarma, solo era diez minutos más temprano de lo normal. Al salir al pasillo, vio que Crowley parecía todavía dormir, la luz estaba apagada y no había ni un ruido.

Quizás sería bueno devolverle el gesto.

Giró hacia la dirección contraria para abrir con mucho sigilo la puerta del cuarto de su amigo, ahí estaba Crowley durmiendo, con una expresión que hasta podía llegar a ser angelical. Se acercó acostumbrándose a la oscuridad, aunque podía ver lo suficiente con la poca luz que entraba de la ventana. Allí se le quedó mirando.

Era muy guapo.

Con ese pensamiento, y sin saber qué hacer. Tomó el borde de la cubrecama adversa y lo tapó sobre la cara, haciendo que se despertara de golpe y moviéndose con torpeza.

— ¡AHH! ¡¿QUÉ ES ESTO?! ¿¡AZIRAPHALE!?

Sus gritos adormilados, en vez de hacerle retroceder, le hicieron reír con maldad. Dejó de hacer presión para taparse la boca, intentando reprimir sus risas pero no podía evitarlo, menos cuando, al momento de destaparse, Crowley tenía una cara de horror.

— ¡Bastardo! — Chilló el pelirrojo — ¿¡Q-Qué fue eso!? ¡Casi se me detiene el corazón!

Aziraphale seguía riendo, hasta llegó a sentir una lágrima caer por sus pómulos. Sin poder soportarlo, huyó hacia el comedor intentando calmarse.

Eso había sido divertido.

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Gimme Love!!  [Ineffable Husbands]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora