un caballero y una dama de dudable reputación

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- ¡Soy pretty Woman!

Ryan hizo uso de su escasa fuerza de voluntad y salió rapidamente del coche para estar al paso con la mujer desmelenada y descalza que correteaba a la entrada de su penthouse. 

A este paso se estaba lamentando de su desdicha y estaba contemplando amordazarla cuando esta  mareada de tantas vueltas cayó estrepitosamente entre sus brazos.

Contuvo el aliento. Como caballero, la corte Real demandaba de él en estos casos un acto de socorro a las damas en apuros. Sin embargo. La dama en cuestión era de dudable reputación, inclusive se atrevía a admitir que en el caso exepcional de Kelsy Williams él  era el que necesitaba ser auxiliado; tenía  sus   evidentes color carmesí atenciones en la comisura de sus labios, en el cuello y hasta una mordedura ya resplandecia  en su brazo. Y  por si fuera poco ahora no solo lo vandalizaba  sino que  daba vueltas con la cabeza inclinada hacia el estrellado cielo con las manos extendidas y la boca abierta en asombro.

Ryan la atrajo por la cintura hacia si  y con sus fuertes manos la privó  de todo movimiento  para estabilizarla mientras sus ojos se fusionaban en una hipnotizadora mirada. Casi podía sentir los latidos de su corazón contra él. Otra vez estaba muy cerca.  Y de pronto, soltó una carcajada y le convinó con un gesto de su dedo indice contra sus labios de que guardara silenció.

- Shsss, Ryan - susurró  acercándose aún más a su rostro y  él embelesado por su voz no se pudo apartar - las luciérnagas- señaló el cielo, concretamente las estrellas- duermen - le dijo con convicción como si era crucial guardar semejante cautela.

Sus hombres les estaban mirando y  él intentó adivinar quien creían que hacía más el ridículo, él  por intentar razonar con Kelsy  o  ella por ser ella.

Exasperado, reanudó su caminar  porque Kelsy hizo lo mismo y  prescott instó a que todos los testigos se dispersaran  a sus puestos de merecido descanso. Cuyo gesto le alivió. Aquello podría ayudar a la mujer  cantando a todo pulmón  una canción improvisada que estaba basada en repetir su nombre una y otra vez a no morir de vergüenza a prinera hora de la mañana.

Evitó sonreir cuando Kelsy trastabilló y soltó un grito de asombró para luego regañar al escalón sobre que no era de ser un buen escalón lizcar a los dueños de la casa y que podrían despedirlo.

Llegó a la puerta principal  y efectivamente comenzó a aporearla.

Empezaba a arrepentirse de no haberla amordazado.

- ¡ Ryan! - gritaba esta tocando insistente.

Tras Kelsy el susodicho desvío la mirada  buscando paciencia y luego volvió a enfocarla en ella mientras caminaba imperceptible a su encuentro.

Por dicha o desdicha la puerta se abrió y frente a ella apareció Constance.  Era subita su desilusión y de mala gana se preparó para soltar sus dardos usuales contra Kelsy.

¿pero cuál fue su asombró? 

Pues... todo paso muy rápido.

- Constance- saludó eurofica, y  la infundo en un abrazo entre elogios a su abrigo de piel, dado que Constance salía para su recatada noche libre.

Ryan se vio confundido y no entendió  lo que estaba pasando de pronto Constance se tocaba el abrigo con suma presunción y el gorro con plumas de faisán horrendo era elogiado por Kelsy también, como si de un rubí se tratase. 

Hablaban de tantas cosas a la ves y de pronto su protegida empezó a rebuscar en su bolso y casi se caía  de buscar con molestia por lo que Ryan la estabilizó del brazo. 

- Perdonad - prosiguió a incitar a andar a Kelsy pero Constance protestó.

- Oh, Señor. Sea paciente va a mostrarme algo - dijo Constance tomando de buena mano un pintalabios carmesí  de maybellyn.

- olvídate del carne, mejor ponte este - le decía Kelsy  con el ojo de una modista - le hará verse de veinte años menos - le prometía.

-oh - exclamó Constance de sorpresa cuando la tapa porfin cedió  a sus intentos por abrirla.

- tiene unos labios preciosos- dijo kelsy euforica  mientras la tomaba por los dos hombros. Ryan buscó ayuda en la estancia pero no había nadie más aparte de ambos en el vestíbulo - restriegue... restriegue...- que situación tan incómoda, tan... tan... qué repelús.

- ¡y ya está!-  gritó con júbilo Kelsy- Constance-  le dijo Kelsy con la voz firme apunto de revelar algo con total sinceridad y seriedad. Pero con una juguetona sonrisa de oreja a oreja- se ve usted de puta madre.

- ¿ Cómo?  - preguntó aquella con indignación  sin entender la expresión. 

- ya está- Ryan cargo con Kelsy en brazos y decidió huir de la situación.  Justo cuando entraba  prescott  tras ellos con el antídoto.

- se ve usted despampanante- dijo  Ryan a toda velocidad - ¿ verdad prescott? - Constance se acomodó el gorro y meneo la cabeza con presunción.

- sublime- fue lo único que se le ocurrió a Jordan antes de seguir muerto de la risa a su frustrado amigo, quién iba a toda  prisa  escaleras arriba.

- me estoy mareando- se quejó  Kelsy. Cualquiera que les viera pensarían que la poseían encontrá de su voluntad.

Un rato  más y  encuanto sus pies tocaron el suelo  se ciño al cuello de Ryan y sin poder controlarse más, devolvió  un par de copas sobre su hombro.

Prescott ahogó una gran carcajada contemplando la situación, y es que aún sabiendo que su vida dependía de que se callara. Otro rato más y no podría aguantar la risa.

El aristócrata permanecía con los ojos cerrados fuertemente. Toda su paciencia abandonaba su cauce.

- oh - con los labios formando una "O".
Kelsy se vio avergonzada, y  con una sonrisa forzada empezo a ver por donde colaborar, no era facil decidirse viendo la mandibula de su aliado tan tensa y su mano pinchando el puente de su nariz como si se abstuviese de estrangularla a ella.

- Prescott - le brindó  la mano a su amigo  y este le entregó una bolsa con el común logotipo farmacéutico. El ambiente era peligroso el que emitiera ruido alguno moría irremisiblemente a manos de Ryan.

Prescott como todo un traidor abandonó la habitación con sospechosas aclaraciones de garganta.

Se suponía que debería guardarle la vida  ¿a donde va?

Kelsy Se encontró con la penetrante mirada de Ryan, sin necesidad de habla comprendió el mensaje; era una advertencia y con temor a lo que haría si refutase  ando torpemente de espaldas y se dispuso a sentarse sobre su cama con su mirada clavada aún en los ojos de él.

- No... te muevas - la advirtió  tomándo de la apertura de su chaqueta para quitarsela  y de la hebilla de su camiseta para darla la misma suerte.

¿ Qué estaba sucediendo?

Kelsy le observó con atención, miraba como una niña regañada pero con la curiosidad de un gato.

¡Espero que lo disfruten!

Porfín de vacaciones.❣️👐

Queenators... 😉

KELSY : Numero DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora