Príncipe Dominic

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Kelsy no se podía creer que todo esto estuviera sucediendo.

Tanta felicidad en medio de tantos problemas, era como una isla en medio del vasto mar tragador de marineros.

Mirando entre los rizos que adrede se dejó fuera de su recogido  coordinó sus pasos bajando por las escaleras mientras sujetaba con ambas manos un perfecto ramo de petunias y tulipanes.

Procuraba no caerse por las escaleras
Tomo  aliento y contrajo el ramo contra su  su pecho; el aroma que emainaba no tenía nada que envidiar a su vestido de novia que era de color blanco y de cuello barco. Del tipo que siempre  habia soñado, con un corsé ajustado  en coloraciones de platina purpurina y piedreria que  acababa donde una vasta falda comenzaba.

Todo era sublime hasta las mucamas que se quedaban tres pasos atrás sujetando los bordes para facilitarle el andar.

- ¡Tía Kelsy!

Su sonrisa se ensanchó. Identificaria esa voz en cualquier sitio y esta vez lo hizo junto a un arco de enramada de rosas blancas. Aris. Y bueno, todo el elenco. Sonrió euforica. Estaba Sharon, Agatha, Jordan, el detective que creía que se llamaba Philips y... ¿Constance?

Un momento, ¿ Porqué está   lloraba  mares como quien despedía a su hija en matrimonio?

Pisando los petalos de rosas que la llevaban hasta el altar sonrió al  señor trajeado en un clásico atuendo con Smokin negro y pajarita quien asumía que era el gobernador. Era regordete también, entreviendo mas o menos  sus cuarentenas con canas claras.

Clara-mente, era el hombre que iba a casarla con el bombón  que estaba a su lado. Kelsy se vio asombrada ante la belleza de Ryan a medida que ya no habia ruta que continuar. Ryan, el príncipe azúl. Tenía un porte elegante de la real milicia que consistía en un traje color beige de alcurnia alta.

Se sacó el sombrero con unos guantes blancos apoyados entre su codo y su costado. Su cabello castaño estaba perfectamente peinado ¿era cosa suya o se le veía aún más alto a su lado?

¿Era eso un sable metido en su dorado cinto?

Lo sonrió con admiración, Tenía un aire al príncipe Dominic. El que se casó con cenicienta.

- Buenas noches a todos los presentes. estamos aquí para unir en real matrimonio. A la Señorita  Williams y al señor Derby Macklemore - el Gobernador sonrió orgulloso bajo su media luna de bigote mirando entre ambos - En matrimonio de un sacramento santo a ser respetado para siempre y un lecho sin mancilla y de cooperación sin desigualdad - Kelsy miró de reojo a Ryan quién prestaba atención a las palabras del licenciado -  Bien, vamos a comenzar con los votos. Señorita Williams... ¿acepta usted tomar como esposo al señor Ryan Derby Macklemore, ante el  concilio Real?

Kelsy miró a Ryan y él también a ella y se sonrieron- Si, Acepto.

El Gobernador hizo un gesto de aprobación y está vez se dirigió a Ryan.

- Señor Derby, ¿acepta usted tomar como esposa a Kelsy Williams y darle la bienvenida como condenza?

- Si, acepto - respondió  este sin quitarle la mirada de encima.

- Bueno, Dado el mutuo acuerdo. Yo, Matheu mayers como personificando a la real comarca os declaro marido y mujer. Más por lo tanto condes  de Westbrook. Mi lady y mi lord Macklemore quinto.

Kelsy se quedó asombrada de los títulos. Deverdad se había casado con él.

¡De verdad se había casado con un Conde ! 

- ¡Un conde Tía!  ¡Un conde! -  dijo Sharon apretujandola en un abrazo de euforica despedida.

- Estas ante la condesa  de westbrook- dijo kelsy y ambas se rieron separándose y tomándose de las manos - Nunca me imagine que esto fuera a pasar - la confesó melancólica mirando a Ryan en la lejanía que arreglaba la escolta para la departura  de su amiga- es todo tan...surrealista.

- Pero Real- la confortó  Sharon con cariño- Ryan te ama y tu a él, no hay más que veros. Todo saldrá bien - la apretó la mano dándole ánimos -  y no veo la hora de que esto se termine para irme de vacaciones a las Bahamas - ambas se rieron.

- te echare de menos - le confío Kelsy

- señoritas - interrumpió Jordan mostrando el camino a Sharon con simpleza.

Le velada había trascurrido entre risas con sus gratos invitados  y  roces casuales entre ella y su inminente marido. Hubo momentos en los que quiso terminar con todo y pasar a la noche de bodas.

Constance  le había regalado su sombrero vintage que tenía más plumas que un pavo real, al parecer el pintalabios carmesí de la otra noche había cumplido sus candentes deseos con un tal Julius y casi  atragantaba Ryan con el champán  ante la confiada historia, sobretodo cuando sugirió que se pusiera el obsequio para que le diera la misma suerte está noche.

Repasó el vivo recuerdo :

- Es poco motivador su nuevo amuleto como ajuar, señora Derby - la susurró con sorna cuando interceptaron  cambiando de invitados en el salón.

-  ¿ No estará usted buscando escusas por cierta...incompetencia verdad, señor Derby ? - le dijo Kelsy con ironía acomodandose el sombrero mientras pasaba de largo sin dejarlo contestar pero sonriente ante su sonrisa retadora.

Capítulo dedicado a los amantes de últimos capítulos.

Itzqueeny12.

KELSY : Numero DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora