Ryan

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Nina tomó rápido del pañuelo que había envuelto  con dos cubos de hielo y lo entregó a Kelsy, quien soltó  una mueca al hacer contacto contra su labio partido, pero bueno cualquiercosa sea echa por evitar una peor situación.

- el hombre de antes dijo que tenias que ir al coche - expuso  nina preocupada - ¿ no crees que ...?

-  no - interrumpió  Kelsy - como as podido escuchar soy bastante  desobediente -  confortó sonriente y nina tímidamente  correspondió a la sonrisa - así que relájate no a sido culpa tuya.

- ¿Él es... tú  novio?- preguntó esta perdiendo la tensión  del atentado y  Kelsy se alegro de que porfin estuvieran rompiendo el hielo.

- No.  Es...- titubeo Kelsy pensando en las palabras adecuadas... para personas que  se odiaban y luego se besaban apasionadamente sin estar en alguna relación en concreto - es complicado- culminó.

La puerta de la cocina se abrió con un estruendo cambiando la tranquila energía de la habitación a una caótica. Cada persona comenzó a recoger sus pertenencias y a salir por la puerta de atrás mientras que los ruidos de  fuera de la cocina ahora hacían eco dentro de ella.

Con preocupación Kelsy  se levantó  de la encimera y  teniendo  un mal presentimiento se puso en modo hiperactiva preguntando que sucedía.

- ha habido una explosión - dijo una entre otros sirvientes.

- ¡tenemos que salir de aqui! ¡todos!- Gritó nada mas entrar el chef, aunque ahora parecía más un capitán dirigiendo a su tropa-  están evacuando el sitio es mejor que salgamos por la puerta trasera, arriba se han vuelto locos.

-¿ que ha sido eso? - preguntó Nina a los otros compañeros suyos que venían corriendo a la cocina. Y es que se había escuchado  un  fuerte estruendo.

Kelsy se quedó estática, estaba descalza y no tenía como comunicarse.

- Ryan - musito casi apunto de caer al suelo por el escalofrío que la recorrió de sus pies hasta la cabeza. Sus ojos se agrandaron a medición  que caia en la cuenta de lo que podia estar sucediendo. La gente  empezaba a abandonar el lugar por la puerta de atrás y ella salió disparada de ella buscando entre el tumulto de personas a una sola persona.

Se olvidó completamente de todo cuando tras salir del callejon y llegar a la carretera principal había un montón de personas; unos participantes de la gala y otros medios de comunicación,  la policía y alguno que otro curioso.

Sin importar el áspero pavimento contra sus pies, Kelsy se hizo paso  entre ellos cada vez más impulsada por el miedo. Y cuando logro atravesar el tumulto de personas lo que vio la dejó más helada que un iceberg.

El coche estaba en llamas, el humo hacia una cortina alrededor de el.
Casi no se podía hacer nada mas que apreciar las figuras de las personas que estaban al otro lado.

El corazón  de kelsy calló  a sus pies cuando pudo reconocer el coche que una vez ella intentó robar al dueño. 

Se negó  a creer lo que  presenciaba, la matricula y el angelito de metal al frente, era su coche.  Inconscientemente negó incapaz de asimilar la situación y corrió a hacia una cuadra lejos de los cobardes que observaban la situación  sin hacer nada.

- no no no ¡Ryan! -  Gritó  con todas sus fuerzas  cruzando la cinta amarilla con la que la guardia había prescindido el paso.

-¡oiga!  Usted no puede pasar por allí, ¡oiga!- gritó un señor regordete  en uniforme policial.

- ¿Kelsy?

Al otro lado del fuego Ryan se soltó del agarre de Prescott, inseguramente seguro de lo que habia oído, podría reconocer esa voz después del tiempo que habían convivido juntos, en cualquier sitio, pero no estaba seguro de que su mente no le estaba jugando una mala pasada.  Observó  la fogata con esperanza y otra vez escuchó: 

- ¡Ryan!

Era la voz de Kelsy.

Comenzó  a caminar embrujado hacia la voz y la gente ampezó a murmurar que había perdido la cabeza  mientras que los nobles se indignaban del pobre gesto de nobleza que era exhibir sus sentimientos. 

- ¡ Kelsy ! - Gritó  Ryan queriendo  hacerla saber que él  estaba aquí  apesar de todo. Y como canto de sirena que llevaba a marinero al mar, Kelsy  corrió atravesando el fuego donde parecío  ver a la figura de Ryan llamándola.

Y así fue. Él  estaba allí, corriendo hacia ella con tal velocidad que creyó  que la arrollaria. Su camisa blanca estaba echada a perder con manchas de sangre y tierra, su pelo desordenado y el esmoquin y la pajarita despedidos, se hizo el  alivio al instante y  la desesperación  que había sentido comenzó a liberarse  en  lágrimas. De su aspecto no le culpaba estaba segura que se veía peor, la mata de risos  negros cubrían parte de su rostro, su vestido esta roto y sin mencionar que estaba descalza  ni el gran moratón en la comisura de su boca. 

Kelsy cubrió  la pequeña  distancia  que había entre ellos y se lanzó a los brazos del magnate, quien al estrecharla en sus brazos tampoco  tuvo intención de dejarla ir  sin importar estar siendo utilizado como paño de lágrimas.

Tomó en puños su camisa y entre lágrimas  se separó de su pecho para examinarle.

- ¿ estas bien? - buscó heridas severas en la anatomía de Ryan pero solo tenía alguno que otro rasguño. Ryan la tomó delicadamente de las mejillas entre su propia desesperación por confirmar  la realidad  y Kelsy al ver sus  nudillos ensangrentados se cargó de culpabilidad  - perdón,   yo... yo no debería... 

- No - dijo Ryan duramente, cargado de sus propios  remordimientos - desobedeceme todo lo que quieras, Kelsy - la miró  a los ojos y Kelsy le tomó igualmente de las mejillas haciendo que sus frentes se juntarán- todo lo que quieras.

Nos leemos ❣️.

KELSY : Numero DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora