Chapter 11

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Secrets, Sacrifices and sweet dreams

Quise preguntarle... pero si soy honesta no tengo ánimos, así que volví a mi habitación.

— Mi niña — tocó la puerta mi madre

— ¿Crees que podríamos hablar?

— Claro, qué pasó?

— Es sobre ti, no quiero que sigas tan mal... no quiero ni imaginar por lo que estás pasando, debe ser demasiado duro, pero no es tu culpa mi niña, nada de esto

— Lo sé, lo sé, pero mi mente no... Me atormenta una y otra vez, la culpa se vuelve cada vez más grande y no sé qué más hacer.

— ¿Por qué no empiezas con sacarlo todo mi niña?... nosotros estamos para apoyarme

— No lo entenderías...

— Quién mejor que tu madre...

— Ya no soy yo mamá... no puedo ser yo de nuevo

— Y eso está bien... está bien... no tienes que ser la misma, no puedes ser la misma, no después de todo lo que tuviste que pasar.

— La Ameera que criaste murió

— Es un gran paso aceptarlo, ahora debes buscar como esta nueva Ameera va a ser tu mejor versión

— Mamá...

— Sé que es difícil, pero no quiero que sigas mal por algo que no fue tu culpa, tú no decidiste esto, no tuviste elección, hiciste lo necesario para sobrevivir y lo seguirás haciendo, porque eres una sobreviviente. hubiera preferido que nunca tuvieras que vivir esos horrores, pero no pude protegerte y no sabes cuánto lamento, lo intenté, te juro que lo intenté.... Pero... Ahora es momento de descubrir a esa nueva Ameera tan maravillosa y que sé que todos vamos a amar, porque sin importar qué, sin importar dónde.... siempre, de los siempre te vamos a amar.

Ahora... ya intentaste el modo Haymitch y te está matando... no conociste a nadie más que te pueda ayudar?

— No quiero molestar a nadie mamá

— No estás molestando. Estás pidieron ayuda a gritos, crees que nadie lo escucha, pero te escuchamos y no sabemos cómo ayudarte, por que no estás bien y esta bien eso, no tienes que fingir frente a nosotros, somos tu lugar seguro. Piénsalo mi vida, voy a llamar a la escuela para decirles que hoy no irás.

— Pero es el primer día

— Por eso mismo, hoy no irás... — iba a salir

— Mamá...
Gracias

— Te amo mi niña, no lo olvides y si hay algo que quiera decirme...

Sí, pero no puedo decirle la verdad, lo que el presidente Snow me pide hacer... No puede hacer nada para evitarlo y solo la atormentaría más. Pero mi conversación con ella me hizo pensar una y otra vez en las cosas. Y no sé cómo terminé en camino al distrito cuatro, mi idea del distrito es de fantasía, y aunque creí que la realidad no podía superar la ficción me equivoqué, ver el mar por primera vez fue un lujo, tal vez aún no podía tocarlo ni ingresar en el, pero solo verlo me transmitía calidez, el clima era más caliente, tuvimos que ir por la parte de atrás, para que nadie supiera de mi excursión, pero moría por conocer el distrito y su gente.

Cuando estoy frente a la aldea de los Vencedores, lo pienso bien y creo que es mala idea, pero ya es tarde. Toco a la puerta y se demora en abrir

— Mags eres tú? Sabes que puedes entrar tranquilamente — al abrir la puerta, su rostro refleja su auténtica sorpresa, y creo que nunca debería haber venido

Panems QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora