Chapter 5

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Ameera:

Sesión de entrenamiento privada 

— Qué fue eso — pregunta Effie

— El viento tal vez dejé la puerta del balcón abierta. Iré a ver — Me dirigí a mi habitación, tratando de mantener un paso normal, aún cuando quería correr.

Al abrir la puerta estaba Finnick arrimado en la puerta del balcón, un tanto tomado, pero con su gran sonrisa, y un pedazo del florero roto a sus pies.

— Hola linda... ya te habías tardado...

— Perdón estaba con Haymitch, mi compañero y Effie

— Entiendo, mis tributos quisieron comer temprano, y cuando me desocupe dije vamos a ver a la princesa, ya me debe extrañar — yo sonreír

— Ya quisiera Odair

— Ameera, todo bien? — se escuchó al otro lado de la puerta, era Effie y Haymitch. Los dos nos miramos asombrados

— Al baño Finnick, ahora...

Una vez que se escondió abrí la puerta, y ellos entran como Pedro por su casa

— Por qué te demoraste en abrir la puerta

— Perdón Haymitch. Y estoy bien Effie, solo me quedé absorta en mis pensamientos

— Entendemos

— ¿Vas a terminar de comer?

— No, se me fue el apetito. Provecho

— okey linda descansa — dice Effie y me abraza — Uy! el florero se rompió. Pediré a un avox que venga a recoger — y salió decidida

— descansa cariñito — y besó mi frente, justo cuando está por salir llega el avox, recoge todo y me dejan por fin sola

— Ya puedes salir

— Te llevas bien con tu mentor y acompañante

—si, podría decirse que si.
¿En qué estábamos? Ah... sí...
Que ya me extrañabas

—Ya quisieras Adair

— Copión— le saqué la lengua y nos reímos, me senté de espaldas a la pared en el balcón, Finnick hizo lo mismo — ¿Vale la pena? - pregunté - Perderse a uno mismo... Matar a alguien? Dejar de ser tú? Mirarse al espejo y ya no reconocerse

— Escúchame bien Ameera, vas a hacer lo necesario para sobrevivir okey? Es lo que importa, que vivas, tienes familia no? 

— Un hermano menor y mi madre

— Entonces piensa en ellos, ellos lo valen.

— ¿Algún consejo para impresionar a los vigilantes?

— No dejes que te olviden.

— ¿Cómo lo hiciste tú? —

— es un secreto – sonrió ligeramente. — No quiero que lo intentes okey?

— Lo prometo

— Digamos que les demostré mi carisma, encantos y belleza, para que nunca me olvidarán, recuerda que ellos quieren un espectáculo, además utilicé el tridente.

— y por eso te dieron el tridente, el regalo más costoso hasta la fecha – el asintió

— Gracias por confiar en mí y ayudarme — sus ojos me dejan idiotizada y no me gusta el tener que despedirme.... Pero... pronto iré a la arena y tal vez nunca vuelva.

— No te despidas.... — me arrime sobre su hombro mientras él juega con mi mano. Cuando regreso a ver su mano, tenía el anillo de oro blanco en forma de varias conchas y perlas entre cada una. Se dio cuenta lo que estaba viendo

Panems QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora