Chapter 37

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Entre las sombras de poder

— ¡Ameera Adar! — su voz resonó detrás de mí y me hizo sonreír

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— ¡Ameera Adar! — su voz resonó detrás de mí y me hizo sonreír. Finnick estaba en un encargo del presidente Snow, y necesitaba una mejor excusa para no estar cerca de los capitolinos que intentan propasarse o hacen comentarios de doble sentido como si fueran muy graciosos y lo peor no son lo suficientemente valientes para hacerlo en presencia de mis amigos, quienes ahora están conviviendo con algunos conocidos. Pero Johana me acaba de salvar de volver

— ¡Johanna! — respondí, avanzando hacia ella con los brazos abiertos. — Qué alegría verte. No hemos tenido mucho tiempo para pasar juntas.

— Ni me lo digas. Mis tributos son un dolor de cabeza total. — reí ante su comentario — no recuerdo haber sido un dolor de cabeza cuando yo fui tributo

— Estás consciente de que los estamos enviando a su muerte? Disculpa que no sea amables contigo

— Merecemos por un momento quejarnos. No sé cómo has soportado toda esta situación por años. Pero... no tienes que ser perfecta conmigo

— Gracias Johana, pero la verdad es que mis tributos están más asustados que otra cosa, y no los culpo, dime cuándo has visto que uno del 12 tan joven gane? — me miró con la ceja alzada y yo rodé los ojos — Vamos, mejor te invito un trago

— Es gratis

— Mi compañía no — respondí, guiñándole un ojo.

Johana soltó una risa alegre, y nos sentamos en la barra. La conversación entre nosotras fluyó con facilidad, como si nos conocieramos de toda la vida.

— Ameeraa... — La voz de Seneca Crane hizo que mi cuerpo se tensara al instante. Me obligué a tomar una respiración profunda y a esbozar una sonrisa.

— Señor Crane... — respondí con formalidad, aunque él se acercó y me dio un beso en ambas mejillas, provocando una oleada de incomodidad recorriera mi espalda, más cuando tomó mi cintura para acercarme más a él.

— No es necesario tanta formalidad — dijo él, con una gran sonrisa. Miró a mi lado y, con un toque de curiosidad, que me hizo tensarme aún más conociendo sus intenciones se dirigió a mi acompañante. — No nos vas a presentar?

— Claro, ella es Johanna Mason, y Johanna, él es Seneca Crane, el nuevo Gamemaster. — Lo presenté, tratando de mantener mi tono equilibrado, aunque una sutil tensión en el aire era palpable.

Crane tomó la mano de Johanna con una delicadeza exagerada, un gesto que me puso alerta. Y antes de siquiera poder plantearme qué hacer apareció Henry con Finnick y La Élite, proporcionando un alivio. Finnick se posicionó a mi lado, en modo protector, su proximidad irradiaba una sensación de seguridad que solo él podía ofrecer, su mirada estaba llena de furia hacia Crane, pero cuando me vió solo podía ver amor. Su mano reposando en la parte baja de mi espalda, haciendo a mi corazón latir más rápido, pero este gesto no pasó desapercibida para Crane, pero a mí me hizo sonreír, más cuando Finnick me inclinó ligeramente hacia él, casi como si quisiera rodearme con su presencia.

Panems QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora