DANIELA.
Se supone que debería estar concentrada en lo que estoy haciendo, pero no lo estoy. Lucía lleva toda la jornada sacando adelante bastante más trabajo que yo. De momento, no me ha dicho nada, pero se va a dar cuenta, y cuando eso pase...
—¿Se puede saber qué demonios te sucede?
Ah, mira, pues se ve que mi padre tiene razón y algunas veces atraemos las situaciones con los pensamientos. Ya es mala suerte que yo solo atraiga este tipo de cosas.
—¿Eh?
—Estás descentrada. Esos datos no van ahí —dice señalando la pantalla de mi ordenador—. Tienes que ponerlo en la carpeta de clientes.
Por una vez, su teléfono está apagado, creo que hasta ella se ha saturado un poco viendo las dimensiones que ha alcanzado todo lo que ha creado en TikTok. No sé si es por eso, o porque en el fondo Lucía es lo más parecido que tengo a una amiga ahora mismo, pero el caso es que me sincero, al menos en parte.
—Poché me ha encontrado un piso en alquiler.
—¿Poché?
—Ajá. Está en su mismo bloque.
—¿En serio?
—Sí.
—Pero ¿crees que es buena idea?
Me mordisqueo el labio y me encojo de hombros.
—Bueno, llevamos unos días mejor. De hecho... —Me quedo en silencio, sopesando hasta qué punto es buena idea desahogarme del todo. Lucía me mira en silencio, sin insistir, como hace siempre. Es curioso que, pese a lo mucho que le gustan las redes sociales, a la hora de la verdad suele ser muy cauta en cuanto a meterse donde no la llaman—. Ayer pasamos el día juntas.
Sus ojos se abren con cierta sorpresa, pero de pronto se relaja, como si se obligara a sí misma a no actuar de un modo desmesurado.
—Es curioso que pases tu día libre con la persona que más odias del mundo.
—A ver, tanto como odio...
—Sí, odio. Lo has dicho tú muchas veces. No una ni dos. Muchas. Muchos días. No uno ni dos. Muchos. Y muchos años. No uno ni dos. Muchos. Y...
—Vale, vale, lo pillo.
—¿Qué ha pasado para que de pronto hayáis acercado posiciones?
—No lo sé —admito—. Supongo que toda esta locura de las olimpiadas navideñas está surtiendo efecto.
—¿Tú crees?
—Sí. No. —Ella enarca una ceja—. No lo sé —confieso, hecha un lío.
Lucía me observa en silencio unos instantes antes de sonreír y darme unas palmaditas en el hombro.
—Quizá lo mejor que puedes hacer es no darle vueltas a lo mismo una y otra vez.
A lo mejor este es el momento de dejarte llevar y ver qué pasa, sin pretensiones ni grandes metas.
—Ese es un gran consejo —admito.
—¿Verdad? Debería abrir una consulta de consejos.
—¿Consulta de consejos?
—Sí, funcionaría igual que cualquier otro negocio. Yo me siento, aconsejo a la gente y cobro.
—Lucía, tienes formas muy raras de hacer dinero —digo refiriéndome no solo a esto, sino al tema de TikTok.
—Podrás juzgar mis métodos, pero nunca mis resultados. —Frunzo el ceño y ella me imita—. En mi cabeza sonaba mejor.
Suelto una carcajada y la abrazo porque... No sé, supongo que hace mucho que no abrazo a nadie. Ella se sorprende, pero me corresponde enseguida y, cuando empieza a sollozar, me aparto de inmediato.
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Imperfectas Navidades | CACHÉ
RomanceDaniela Calle odia la Navidad. Y a María José Garzón. María José odia que Daniela sea tan testaruda, orgullosa y rencorosa. Y también odia que ella se empeñe en hacerle la vida difícil sin importarle que sea su jefa. Nora y Carlos, abuelos de María...