FanFic de 317.000 palabras (hasta ahora)
Esta historia comienza en el cuarto año y se desvía del canon oficial.
Se actualiza los domingos.
Harry Potter: El Cuervo entre el Ciervo y la Nutria.
Es una historia alternativa que narra cómo Harry se en...
Hermione se levantó temprano, como siempre, y decidió dar un paseo por la mansión Longbottom antes de dirigirse a la cocina. Mientras caminaba por los pasillos, no pudo evitar maravillarse con la estructura y la belleza del lugar.
Los altos techos adornados con molduras detalladas, los amplios ventanales que dejaban entrar la luz del amanecer y las intrincadas alfombras que cubrían los suelos antiguos eran simplemente impresionantes. Cada rincón de la mansión parecía contar una historia, una rica historia familiar llena de valentía y magia.
Hermione se detuvo frente a un gran retrato de los ancestros de Neville, admirando la habilidad del pintor y la nobleza que se reflejaba en los rostros. Los largos pasillos estaban decorados con antiguas armaduras y tapices que representaban escenas de batallas mágicas, cada detalle cuidado con esmero.
A medida que se adentraba más en la mansión, Hermione pasó por una biblioteca con estanterías repletas de libros antiguos y raros. Se permitió un momento para oler el aire cargado de historia y conocimiento, sintiendo una conexión profunda con el lugar.
Finalmente, Hermione llegó a la cocina, donde se encontró con la abuela de Neville, que ya estaba desayunando en el comedor.
—Buenos días, querida —dijo la señora Longbottom al verla—. ¿Qué haces levantada tan temprano un domingo?
Hermione sonrió y respondió:
—Es una costumbre para mí. Siempre me levanto temprano, incluso los fines de semana.
La señora Longbottom asintió con aprobación.
—Tus padres te han inculcado buenas costumbres. Ven, siéntate con nosotros —la invitó, señalando la mesa.
Hermione dudó un poco. Quería hacerse ella misma el desayuno, pero antes de que pudiera decir algo, Sally, la elfa doméstica, apareció con un plato de huevos revueltos y pan con mantequilla.
—No es necesario que me sirvas, Sally —dijo Hermione amablemente—. Puedo hacerlo yo misma.
Pero la señora Longbottom intervino con una sonrisa.
—Sally es feliz atendiéndonos, Hermione. Es una parte importante de nuestra familia.
Sin otra opción, Hermione se sentó y aceptó el desayuno.
—Gracias, Sally —dijo con gratitud.
Mientras Hermione se sentaba a desayunar con la señora Longbottom, sintió la necesidad de expresar su gratitud.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Por cierto señora Longbottom, muchas gracias por permitir que celebráramos el cumpleaños de Harry en su casa, fue algo magnifico, esperamos no haber causado muchas molestias—dijo con una sonrisa.
