Capítulo 23

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Sentía la mirada fría y penetrante de Ossian desde el sillón de mi salón, mientras Elliot y yo veíamos cualquier cosa en la televisión. Intenté ignorar el hecho de que mi madre lo invitó a cenar y él aceptó mientras sonreía y me miraba con algo de mofa hacia la petición que le había hecho minutos antes en el baño. Me retaba continuamente a no perder la paciencia, sobre todo cuando hablaba con mi madre y la trataba como si fuera alguien insignificante, pero de tal manera que nadie era consciente de ello, solo nosotros y de vez en cuando mi padre, quien lo observaba detalladamente con seriedad.

Mi atención se dividía entre la pantalla de televisión y la incomodidad palpable en la habitación. Elliot, ajeno al trasfondo tenso, intentaba aligerar el ambiente con comentarios y risas. Ossian, por otro lado, parecía disfrutar del juego psicológico, manteniendo su expresión imperturbable mientras se movía como un depredador en la selva, evaluando cada movimiento.

Mi madre, completamente ajena a la tensión, iba y venía entre la cocina y el comedor, sirviendo la cena y tratando de hacer la velada agradable. Pero incluso sus intentos de crear armonía no lograban disipar la atmosfera pesada que flotaba en el aire.

Cada palabra pronunciada por Ossian resonaba en mi mente como un eco siniestro, recordándome que este juego peligroso estaba lejos de haber llegado a su fin. Mis ojos se encontraron con los suyos en un instante, y en ese breve contacto visual, su mirada fría parecía decir: "El solo hecho de prohibírmelo, lo hace más tentador".

—¿No te duele, Ossian? — preguntó mi madre preocupada, refiriéndose a las heridas de su rostro.

—Duele más el disparo en la pierna y el desprecio que me tiene su hija después de salvarla — respondió, victimizándose ante mis padres para ganárselos, algo que me hizo sonreír.

—¿Desprecio? ¿Por parte de Lux? — preguntó mi madre, algo sorprendida y precavida al escuchar esas palabras.

La sonrisa de Ossian se amplió, revelando su habilidad para tejer historias convincentes.

—Sí, parece que no le agradó mucho que la rescatara. Pero no importa, estoy acostumbrado a ser el culpable de todo lo malo.

Sentí la necesidad de intervenir antes de que Ossian tejiera más mentiras.

—Mamá, no es como él lo pinta. Las cosas no fueron tan simples como él las describe.

Mi padre me miró con seriedad, esperando una explicación más detallada.

—Salvó mi vida en el altercado del restaurante, pero las cosas entre nosotros son más complicadas de lo que aparenta. No es un simple "chico malo".

Es un Psicópata de manual.

Ossian, por otro lado, disfrutaba del desconcierto que había sembrado en mi familia, una mirada burlona jugueteando en sus ojos.

—A veces las apariencias engañan, ¿verdad? — dijo con sarcasmo, sabiendo que no podía rebatir su versión sin revelar detalles que prefería mantener ocultos.

Mi madre asintió con cierta inquietud, tratando de comprender la complejidad de la situación.

—Lux, cariño, deberías agradecerle por salvar tu vida y aclarar las cosas que os han hecho discutir.

—No hay nada que aclarar, mamá. No caigas en sus manipulaciones — respondí con firmeza, intentando proteger a mi familia de las artimañas de Ossian.

—Lux, no deberías cerrarte a la posibilidad de reconciliarte con alguien que te salvó la vida — continuó mi madre, tratando de ser razonable.

Ossian sonrió, aprovechando cada palabra a su favor.

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