Capítulo 36

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La atmósfera de la fiesta estaba cargada de tensión, y mis sentidos estaban en alerta en cada movimiento que surgía a mi alrededor. A pesar de mis esfuerzos por ignorar la mirada intensa de Asher, sentía su presencia como una sombra constante al otro lado de la fiesta desde que había regresado. Sin embargo, me esforcé por mantener mi enfoque en mis amigos y en Ossian, quien estaba apoyado con una postura relajada en una de las mesas de cócteles.

Ossian emanaba una frialdad y tensión palpables, como si estuviera conteniendo una furia apenas controlada bajo su apariencia serena. Sus piernas y brazos estaban cruzados, y su mirada estaba fija en algún punto más allá de la multitud, probablemente en dirección a Asher, quien también estaba observándonos desde el otro lado de la fiesta con sus penetrantes ojos verdosos.

Mientras tanto, un hombre llamativamente vestido con un traje rojo y dorado, que combinaba perfectamente con una máscara a juego, se abrió paso entre la multitud con una sonrisa confiada en el rostro. Su cabello castaño estaba peinado hacia atrás, aunque algunos mechones se habían desordenado ligeramente por las horas que llevábamos dentro de la bulliciosa fiesta.

Sus ojos negros se encontraron con los míos, y una chispa de curiosidad se encendió en mi interior al darme cuenta de que se estaba acercando directamente hacia mí. Elevé una ceja con expectación mientras se acercaba a mí, sintiendo la intriga burbujear en mi pecho ante la posibilidad de lo que podría querer.

Nadie en la fiesta había logrado reconocerme hasta ahora, salvo Asher y Ossian, por lo que descarté la idea de que este hombre se acercara con la intención de obtener una firma o hablar de mis libros.

El desconocido se detuvo frente a mí con una elegancia innata, y su voz resonó con una educada cortesía que no pasó desapercibida. Una breve reverencia acompañó sus palabras, como si estuviera interpretando el papel de algún personaje fantástico, y me di cuenta de que su porte y actitud revelaban un aire de nobleza, tal vez incluso un rango de rey en algún mundo de fantasía.

—Disculpe mi intromisión, señorita — dijo con una voz suave y melódica, su tono impregnado de respeto y cortesía, como si estuviera acostumbrado a tratar con la realeza —. Me permito el atrevimiento de interrumpir su velada por un momento.

Fue entonces cuando noté que sostenía dos copas de champán en sus manos enguantadas, un detalle que no pasó desapercibido para los presentes, incluyendo a Ossian, cuya mirada se desvió hacia nosotros con curiosidad.

—Puedes hablarme normal — intervine antes de que la situación se volviera incómoda, provocando una risa en el desconocido, quien asintió en respuesta.

—Llevaba un rato pensando si acercarme o no y quería proponerte tomar una copa y hablar — sugirió, ofreciéndome la copa de champán. Sin embargo, antes de que pudiera tomarla, Ossian se adelantó.

La escena tomó un giro repentino cuando Ossian apenas se movió de su posición, extendiendo el brazo para tomar la copa y derramar el contenido al suelo con un gesto implacable. Su expresión seria no mostraba ni el más mínimo atisbo de arrepentimiento mientras sus ojos azules observaban fijamente al desconocido, llenos de una intensidad que dejaba claro que no había lugar para discusiones. La confusión se reflejaba en el rostro del recién llegado, quien se retiró sin siquiera despedirse, bajo la presión silenciosa pero evidente de la mirada de Ossian.

Una vez que el desconocido se marchó, un momento de silencio tenso envolvió la escena, interrumpido solo por el sonido del vaso que se derramaba en el suelo. Me encontré observando a Ossian con una mezcla de sorpresa y curiosidad ante su inesperada intervención.

—¿Ahora eres posesivo? — bromeé, tratando de romper la tensión en el aire mientras observaba cómo Ossian volvía a cruzarse de brazos y centraba su mirada en Asher.

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