—Lo he matado, papá — susurré, mi voz débil, casi inaudible. Sentía la urgencia apremiante en mi pecho, como si mi propia vida dependiera de esas palabras —. Tu herida... — mi mirada se dirigió hacia el disparo en su hombro mi vista apenas capaz de ver correctamente —. Estaré bien, no pongas esa cara, esto no es nada...
Mi padre me miró con una mezcla de preocupación y decisión. El conflicto en su mirada era evidente, pero después de un tenso momento, asintió, su expresión endureciéndose con la resolución que siempre había conocido en él. Sin decir una palabra, sacó el móvil del bolsillo y lo extendió hacia Ossian, quien lo observó con una ceja arqueada, la confusión surcando su rostro.
—Llama a una ambulancia, por favor — su voz, aunque firme, estaba cargada de una súplica silenciosa, la preocupación por mi estado envolviendo cada palabra.
Ossian asintió levemente, sus ojos aún fijos en mi padre mientras este se giraba y comenzaba a moverse con determinación en la dirección en la que había dejado el cuerpo de Asher. Sabía que el fuego no dejaría que mi padre llegara muy lejos, pero aún así, el peligro seguía siendo real.
El peso de la situación comenzó a hundirme en un estado de entumecimiento, mi cuerpo debilitado por la pérdida de sangre y el dolor constante. Ossian se acercó a mí, sus pasos resonando en mis oídos mientras el fuego seguía rugiendo a nuestro alrededor, una sinfonía macabra de destrucción. Se detuvo a unos pasos de distancia, luego se agachó, poniéndose en cuclillas a mi lado. La inclinación de su cabeza y la sombra en sus ojos me decían que sabía que el tiempo estaba en nuestra contra.
Por un momento, solo me observó, como si intentara comprender lo que pasaba por mi mente, como si buscara una respuesta en mi mirada. Jugaba con el móvil de mi padre entre sus dedos, como si la acción le permitiera relajar toda la tensión por lo que estaba sucediendo.
Intenté esbozar una sonrisa a pesar del dolor, buscando una pizca de humor en medio de la situación.
—No me mires de esa forma tú también, tenía que acabar con él. No seas celoso, no moriré por un par de disparos — bromeé, aunque en el fondo de mi ser sentía el miedo latente, consciente de cómo la vida se me escapaba lentamente con cada gota de sangre que manchaba el suelo.
Ossian me miró con una mezcla de irritación y preocupación, su ceño fruncido era la única respuesta a mis intentos de aligerar el ambiente.
—Más te vale no hacerlo — replicó con tono seco, desviando su mirada a la herida en mi estómago, donde la sangre no dejaba de brotar —, porque la muerte de mi madre es una deuda que ni siquiera tu vida podría saldar.
Sus palabras me golpearon como un puñetazo, haciéndome sentir la gravedad de la situación. Intenté mantener mis ojos abiertos, aunque el mundo a mi alrededor comenzaba a volverse borroso, como si la realidad misma se estuviera desvaneciendo.
—¿No querías que muriese? — murmuré con dolor, la pregunta saliendo de mis labios antes de poder detenerla. Sentía el peso de cada palabra, como si estuviera intentando encontrar un sentido a lo que estaba sucediendo.
Ossian soltó un bufido, como si la mera sugerencia fuera absurda.
—¿Te he disparado yo? — replicó con molestia, su tono cargado de impaciencia.
—No... — respondí débilmente, cerrando los ojos para intentar calmarme, mientras mis manos intentaban desesperadamente detener la hemorragia. Cada respiración era un esfuerzo monumental, pero traté de mantenerme consciente —, pero podrías dejarme morir ahora mismo y saldar mi deuda contigo y tu madre.
Ossian no respondió de inmediato, simplemente me observó con esa expresión que nunca había visto antes en su rostro, una mezcla de lástima y algo más, algo que no podía identificar en mi estado debilitado. Finalmente, apartó la mirada de mí, centrando su atención en el móvil. Los segundos parecían alargarse eternamente mientras sus dedos se movían por la pantalla, marcando un número que, en ese momento, era mi única esperanza.

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Mi Presa
Teen FictionLux, una escritora de thrillers, ve su creación, el aterrador asesino Ossian Darkbourn, cobrar vida. Obsesionado con ella, Ossian se convierte en su peor pesadilla. Lux debe enfrentarse a su propia invención en un emocionante juego de ingenio y supe...