Capítulo 32

679 73 3
                                        

La preocupación era palpable en el aire mientras se acercaban hacia mí, pero también noté algo más en sus miradas: culpabilidad. La culpabilidad que solo se asoma cuando sabes que has fallado en proteger a alguien, y sabía que sentían esa responsabilidad por lo que me había ocurrido.

—Lux, ¿estás bien? — preguntó Carlo, su voz llena de ansiedad mientras se acercaba.

Su mirada se posó en mi mano ensangrentada, y su expresión se tornó aún más sombría. La mirada de preocupación de Edgar se intensificó, y dio un paso hacia adelante, extendiendo una mano hacia mí.

—Deberíamos llevarte al hospital, ver qué pueden hacer con esa herida — sugirió con tono urgente.

Traté de apartarme, pero un dolor punzante en mi mano me recordó la herida que llevaba. La sangre seguía manando de ella, tiñendo mi ropa y creando un rastro oscuro en el suelo. Sin embargo, antes de que pudiera ofrecerme de nuevo ayuda, retrocedí otro paso, apartándome de su alcance.

—Confié en vosotros — mi voz se rompió, pero evité derramar alguna lágrima —. Os conté absolutamente todo sobre Ossian cuando os reconocí en aquel accidente. Me jurasteis que no había ningún personaje más fuera del libro y que queríais ayudarme...

—Lo sé, Lux, y lo lamentamos mucho — respondió Carlo, su voz cargada de arrepentimiento mientras se acercaba un paso hacia mí —. Pero nos vimos obligados a tomar medidas drásticas por Ossian.

—Tomar medidas drásticas... ¡¿llevarme a mí y no a Ossian directamente a Eclipse?! — exclamé, sintiendo cómo la ira ardía en mi pecho.

Edgar se mantuvo en silencio, pero pude ver la tensión en su rostro, reflejando un sentimiento de culpa que no podía ocultar.

—Lux, lo siento mucho — dijo finalmente, su voz apenas un susurro —. Cometimos un error al llevarte a esa reunión sin saber qué pasaría.

—Un error que podría haberme costado la vida — respondí, mi voz temblando de rabia contenida —. No puedo creer que me hayáis traicionado así.

Carlo bajó la mirada, incapaz de sostener mi mirada.

—Lo hicimos por tu seguridad, Lux. Eclipse tiene influencia, y pensábamos que podrías obtener información valiosa que nos ayudaría y, además, solucionar todos los problemas legales que has ido arrastrando...

—¡No me dijisteis nada de su existencia! — exclamé, sintiendo cómo el dolor y la traición se entrelazaban dentro de mí —. No puedo confiar en vosotros después de esto.

Intenté alejarme de ellos, pero Carlo se interpuso en mi camino, su expresión llena de súplica.

—Por favor, Lux, entiende que lo hicimos porque nos preocupamos por ti. No volveremos a tomar decisiones sin consultarte primero, lo prometo.

—¿Os habéis parado a pensar por un segundo quien es Eclipse? — pregunté, mi voz cargada de amargura —. Nadie sabe quién es. Su forma de trabajar. Su voz. Nada — mi voz temblaba mientras luchaba por contener la emoción —. Solo que es capaz de resolver cualquier asesinato. ¿Sabéis por qué siempre lo logra?

Carlo y Edgar se miraron, sin saber cómo responder a mi pregunta. Me di la vuelta sin responder, sintiendo el impulso irrefrenable de alejarme de ellos, de todo lo que me recordaba a mi puñetero libro y la traición de quienes consideraban mis aliados.

Un silencio tenso se apoderó del ambiente mientras mi mente se sumergía en un torbellino de pensamientos.

¿Por qué había creado a Asher de esa manera?

Mi PresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora