Capítulo 29

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*Lux es la verdadera manipuladora y psicópata de esta historia. O, es que tiene un desorden de la personalidad muy fuerte y no me he enterado*

La tensión en la habitación era palpable mientras Carlo y Edgar asimilaban la escena ante ellos. Sus expresiones pasaron de la sorpresa inicial a la preocupación y el desconcierto. Me observaron con ojos inquisitivos, esperando una explicación que aún no podía darles.

—¿Qué ha pasado aquí, Lux? — preguntó Carlo, su voz cargada de preocupación mientras se acercaba lentamente hacia mí, con gesto cauteloso.

Tragué saliva, sintiendo el peso de su mirada escrutadora sobre mí. Tomé aire, tratando de ordenar mis pensamientos antes de responder.

—Fueron ellos. Estos hombres entraron en mi casa y... tuve que... — expliqué con voz temblorosa, aun con el recuerdo de la violencia reciente aún resonando en mi mente.

Edgar y Carlo avanzaron con cautela hacia nosotros, mientras yo permanecía allí, sosteniendo el bate con firmeza, mi respiración agitada por la tensión del momento. Las palabras parecían atascarse en mi garganta, incapaz de articular una explicación coherente ante lo que acababan de presenciar.

—Está bien, pero suelta el bate y el cuchillo, ¿vale? — pidió Carlo, su tono lleno de inquietud mientras se acercaba a mí lentamente.

Miré a Ossian, buscando algún indicio de lo que debíamos decir, pero su expresión era impasible, como si estuviera evaluando la situación antes de tomar alguna decisión.

—Fue en defensa propia — murmuré finalmente, mi voz apenas un susurro ante el peso de mis palabras.

—Ya lo sé, cielo. Pero es por tu seguridad — dijo con tranquilidad mientras me quitaba el bate ensangrentado y el cuchillo, alejando las armas de mí con precaución.

—¿Han disparado sus armas en algún momento? — interrogó Edgar, acercándose a los cuerpos con curiosidad.

—No — informó Ossian con seriedad.

Tras la breve conversación, el ambiente se cargó de una tensión palpable. Mis amigos intercambiaban miradas preocupadas, mientras Ossian permanecía en silencio, observando la escena con una expresión imperturbable.

—¿Qué hacemos ahora? — preguntó Sam, rompiendo el silencio que se había instalado en la habitación.

Me encontré sin palabras por un momento, mi mente luchando por encontrar una respuesta adecuada. Sabía que debíamos actuar con rapidez y cautela, pero las opciones parecían limitadas.

—¿Qué pasará ahora con Lux después de lo sucedido? — preguntó Ellie, su voz temblorosa revelando su nerviosismo.

Esta vez habían pruebas suficientes para incriminarme, aunque hubiera sido en defensa propia.

El peso de la pregunta de Ellie cayó sobre nosotros como una losa, llenando la habitación de una atmósfera aún más tensa. Sus palabras resonaron en mi mente, recordándome la gravedad de la situación en la que me encontraba. Era evidente que no podíamos ignorar las implicaciones legales de lo que acababa de ocurrir.

Miré a mis amigos, buscando alguna respuesta que pudiera ofrecerles consuelo o al menos un rayo de esperanza. Sin embargo, me di cuenta de que estaba tan perdida como ellos, atrapada en un torbellino de incertidumbre y miedo.

—No lo sé — murmuré finalmente, sintiendo la desesperación apoderarse de mí.

—Lux, no te preocupes. Nosotros nos encargamos de esto, ¿de acuerdo? — intervino Edgar, intentando tranquilizarme —. Creo que Bill está de camino, así que no bajes la guardia y actúa con normalidad ante todo esto. Nosotros nos encargamos del resto.

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