Ellie puso un cuenco con yogurt frente a mí y colocó otros boles con frutas, palomitas y galletas de distintos sabores sobre la mesa. Sam y Elliot se sentaron a mi lado, picoteando mientras observábamos la pantalla de televisión. El vídeo que habíamos grabado se transmitía constantemente, narrado, criticado y analizado por supuestos expertos. Eran periodistas ansiosos por la increíble exclusiva que habían anunciado previamente antes de comenzar la retransmisión.
Desde hacía más de medio día, el vídeo aparecía en cualquier cadena y noticia de televisión. Hacíamos zapping, no tanto por los comentarios o críticas que los periodistas y mis fans hacían sobre Asher, sino porque yo estaba esperando una señal de que Ossian lo había visto. Algún cadáver con algún mensaje. Alguna llamada. Algo.
Me recosté en el sofá, sintiendo el peso de la tensión acumulada en mis hombros. Sam masticaba una palomita con la mirada fija en la pantalla, mientras Elliot repasaba nerviosamente su móvil, esperando cualquier actualización.
—¿Crees que Ossian realmente verá esto? — preguntó Elliot, su voz reflejando la preocupación que todos sentíamos.
—Lo verá — respondí con seguridad —. Está ahí fuera, en algún lugar, observando.
Sam asintió, aunque su rostro mostraba dudas.
—No puedo creer que todo esto haya llegado a este punto. Es como si estuviéramos viviendo en una pesadilla.
—Lo sé — admití, mirando fijamente la pantalla —. Pero es la única manera de salir de esto. Ossian es el único que puede detener a Asher, no puedo arriesgarme a que pueda matarme.
Ellie se sentó junto a nosotros, tomando un bol de frutas y ofreciendo una sonrisa tranquilizadora.
La transmisión continuaba, mostrando diferentes segmentos del vídeo. Asher aparecía una y otra vez, su imagen proyectada en mi casa, desde la entrada con las rosas, hasta la paliza que me dio en el salón. Cada vez que veía su rostro, sentía una mezcla de odio y determinación. Sabía que Ossian también sentiría lo mismo al verlo.
Los periodistas seguían hablando, cada uno ofreciendo su propia teoría sobre lo que había ocurrido. Algunos sugerían que Asher era uno de los culpables por todo lo que me había pasado en estos meses, mientras que otros lo retrataban como un obsesionado por mi libro y se creía el protagonista de esta historia. Los comentarios en las redes sociales eran igualmente variados, pero todos coincidían en una cosa: querían justicia por mí.
El reloj avanzaba lentamente, y cada minuto que pasaba sin una señal de Ossian hacía que mi ansiedad creciera. Me levanté del sofá y comencé a caminar de un lado a otro, tratando de canalizar mi nerviosismo. Sentía la mirada de Sam y Elliot sobre mí, sus ojos llenos de preocupación.
Pasaron unos días en los que nos mantuvimos escondidos en un hotel, lejos de mi casa. Sabíamos que Asher estaría buscándome, y cualquier precaución era necesaria para mantenernos a salvo. La rutina se volvió monótona, con las cortinas cerradas y el sonido constante de las noticias en la televisión. La tensión en el ambiente era palpable, cada uno de nosotros luchando contra el miedo y la incertidumbre.
Una mañana, mientras Sam y Elliot preparaban café y Ellie hojeaba una revista, las noticias en la televisión cambiaron abruptamente. El titular en la pantalla capturó nuestra atención de inmediato: "Varios vehículos, desde coches hasta trenes, han explotado en distintas partes de la ciudad".
—Dios mío — murmuró Ellie, dejando caer la revista mientras nos acercábamos a la pantalla.
El reportero continuaba hablando, describiendo el caos que se estaba apoderando de la ciudad. Las explosiones habían ocurrido casi simultáneamente en varios lugares clave, y las autoridades estaban luchando por controlar la situación. La escena en la televisión mostraba vehículos en llamas, escombros esparcidos por las calles y equipos de emergencia trabajando frenéticamente para rescatar a los supervivientes.
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Mi Presa
Teen FictionLux, una escritora de thrillers, ve su creación, el aterrador asesino Ossian Darkbourn, cobrar vida. Obsesionado con ella, Ossian se convierte en su peor pesadilla. Lux debe enfrentarse a su propia invención en un emocionante juego de ingenio y supe...