Deslicé mis dedos sobre la superficie de la vitrina de cristal, mientras con la otra mano sostenía el peso de mi cabeza. Hojeé la misma revista por segunda vez, examinando las novedades tecnológicas que habían inundado el mercado. En medio de mi aburrimiento, justo cuando pasaba la página, alguien arrojó una pequeña caja sobre la revista, doblando las páginas al instante. Al levantar la mirada, me encontré con el último modelo de iPhone, lo que provocó que mi expresión se transformara en una mueca de desagrado, ya que detestaba esa marca en particular.
—¿Estás seguro de que quieres un iPhone? — pregunté, tomando el móvil y encaminándome hacia la caja para realizar la compra.
—La marca me da igual, solo pregunté por el móvil más caro que tenían — respondió con indiferencia.
—Me lo esperaba... — murmuré sin más, soltando un suspiro cansado mientras continuábamos hacia la caja.
Ossian, con su actitud desafiante, se mantuvo en silencio mientras pagaba. Solicité que prepararan el móvil con la tarjeta que habíamos hecho antes de venir. Ossian se dirigió con el chico para proporcionar sus datos, y mientras tanto, me quedé esperándolos en la entrada del centro comercial, justo en uno de los sillones de exposición en el que me senté.
Estaba sumamente cansada. Ambos habíamos estado despiertos desde sus asesinatos, sin poder conciliar el sueño debido al interrogatorio y porque habíamos estado discutiendo toda la noche sobre porque no le parecía bien ningún móvil. Ni siquiera quería el móvil que tenía actualmente.
Intenté mantenerme despierta y no quedarme dormida en el sillón, lo cual me estaba resultando sumamente difícil. Nunca se me había dado bien estar sin dormir; necesitaba al menos un par de horas para estar consciente de lo que sucedía a mi alrededor. Ossian, en cambio, parecía haber dormido perfectamente. Ni siquiera mostraba signos de cansancio; al contrario, parecía muy despierto y activo. Su capacidad para estar enérgico después de una noche tan agitada solo aumentaba mi irritación.
Mi móvil vibró en el bolsillo de mi pantalón, lo saqué con molestia y vi numerosos mensajes del grupo compartido con Elliot, Sam y Ellie. Revisé algunos mensajes por encima, ya que todos estaban escribiendo al mismo tiempo. Noté una invitación de Ellie para cenar, ya que la habían ascendido en el trabajo. Todos confirmaron su asistencia, excepto yo, que me quedé mirando los mensajes medio dormida. La perspectiva de cenar después de la noche agitada que acababa de tener no me resultaba muy atractiva.
Necesitaba dormir tres días seguidos...
—¿Por qué no contestas? — preguntó Ossian a mi espalda. No me molesté en mirarlo, sabía que había leído los mensajes al mismo tiempo que yo.
—Porque no sé si iré. Después de lo de anoche, no estoy segura de estar de ánimo para eventos sociales — murmuré, incorporándome con lentitud. A pesar de mis intentos, la fatiga de la noche anterior me pesaba, y las ganas de participar en una cena social no eran muchas.
—La presencia de un psicópata famoso podría darle emoción a la velada — comentó con una sonrisa sutil, auto-invitándose a la cena.
—Más razones para no presentarme, así no sería una cena incómoda — respondí evasivamente.
—Tendré que presentarme solo entonces — murmuró, su mirada penetrante examinándome detenidamente.
—Deja de amenazarme, Ossian — respondí entre dientes, tratando de disimular mi molestia.
Se encogió de hombros con indiferencia y continuó caminando a su propio ritmo. La idea de que asistiera solo a la cena no me resultaba agradable, pero tampoco quería ceder ante la presión de sus amenazas constantes.
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Mi Presa
Teen FictionLux, una escritora de thrillers, ve su creación, el aterrador asesino Ossian Darkbourn, cobrar vida. Obsesionado con ella, Ossian se convierte en su peor pesadilla. Lux debe enfrentarse a su propia invención en un emocionante juego de ingenio y supe...