No supo exactamente cuanto tiempo estuvo llorando en el rincón de la escalera, pero debió ser mas del que se imaginó pues cuando llego al salón, la fiesta había terminado y Mitzuru se encontraba supervisando la limpieza en su lugar.
Cuando reconoció su silueta, Elizabeth pensó en huir, pero Mitzuru se giró a ella para negar con la cabeza y volver su vista a los trabajadores. Eli acepto que se le había escapado la oportunidad de irse.
—Señor Tashibana—se acercó a él temerosa de hacerlo, Mitzuru se giró completo para verla—, yo...—agachó la cabeza— lo siento.
—¿Sabe una cosa señorita Marcovich? Sinceramente, usted me tiene impresionado.
—¿Yo?
—Claro, usted es la única persona que he conocido que ha sido capaz de ya estar en el sitio en el que se supone debe estar, antes de la hora pactada y aun así, llegar tarde.
Ella giró los ojos.
—Es que, salí a tomar aire con mi mamá y yo...
—No necesitó sus explicaciones, solo deje de hacer estas cosas.
—Si, lo hare, lo prometo—caminó entonces entre las mesas, tomó una bandeja y comenzó a recoger los vasos abandonados en ellas.
—No es parte de su trabajo hacer eso.
—Está bien, si los ayudo, nos podremos ir más rápido—dijo forzándose a recuperar su aura alegre, Mitzuru le sonrío. Entonces comenzó a recoger también—. Está bien, usted puede ir a su casa mientras yo hago eso.
—Mi casa está muy sola. Prefiero quedarme charlando con usted—respondió él sin detener el movimiento de sus manos. Elizabeth sonrío para sí—. ¿se divirtió con su amigo?
—¿Cuál?
—G.I. Joe—Ella no contuvo su risa.
—Nico. Escucho que estaba en el ejército.
—Algo me decía Alicia sobre sus bíceps y como los consiguió con entrenamiento militar—ella volvió a reír.
—Bueno, usted no se queda atrás. Los he sentido bajo la... camisa—la cara redonda de Elizabeth comenzó a parecerse a los tomates.
—Practicaba Judo en la escuela—mencionó Mitzuru—y natación. A veces nado de noche para relajarme.
—¿En serio? Debería enseñarme. Yo no sé nadar.
—Es más fácil de lo que parece.
—El problema es que, odio el ejercicio físico.
—¿Ah sí?
—Si. Suelo caminar en el parque y eso, pero en realidad, me mantengo delgada con el método clásico ¿sabe? Matándome de hambre—dijo a broma.
—No parece que lo practique mucho últimamente.
—¿Lo dice por mis notas del almuerzo?
—La he observado toda la fiesta y siempre que me giraba tenía un pastelillo en la mano.
—Ay por dios—se tapó la boca—, que vergüenza.
—Al contrario, sobraron muchos, llévese una caja si quiere.
—¿Empaco toda la comida sobrante?
—Claro. Al final la donamos a un albergue cercano.
—¿Me pide que les quite sus pastelillos a los indigentes?
—Bueno... —sonrío Mitzuru—usted se había definido a sí misma como una indigente así que...
—Ya estoy mejor—aseguró ella, luego le hablo en voz baja—. Mi jefe me compra el almuerzo así que, puedo comer pastelillos cuando quiera y después se los cobro.
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Costo y Beneficio
Romantik"¿Por qué he de conformarme con su dinero, cuando podría tenerlo todo? " Abandona, quebrada y embarazada, una joven se ve gradualmente empujada hacia una relación carnal con su jefe a cambio de apoyo financiero, mismo que a su vez, rechaza la idea d...