Capítulo 54: Alguien a quien no conozco

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—No hay mucho que decir de ella —aclaró Koyuki al comenzar a comer—. No es que haya sido una persona especialmente relevante. Aunque, creo que era algo bonita.

—¿Se parecía a mí? —preguntó con pena.

—¿Qué va? —exclamó con gracia—Tú eres mucho más bonita—Elizabeth sonrió producto de la validación—. Físicamente, era de ese tipo de "chica adorable".

"Era pequeña, menuda y fragil, como una flor seca. Sin embargo, yo creo que la principal diferencia a ti es que a ella se le notaba que se esforzaba en serlo.

"Es decir, no digo que no te esfuerces, seguro que te bañas en leche y cuentas calorías.

—La avena es más efectiva para mí.

—En cambio, a Ariza nunca la vi comer nada, ni usar tacones demasiado altos. Además, nunca dejó de vestir como en la secundaria, de modo que, ya tenía veinticinco años y aun usaba faldas tutu y lentes de contacto con un corazón.

"Algunas chicas hacen eso, ¿sabes? Intentan parecer más jóvenes de lo que son. Ella incluso forzaba su voz a ser más aguda y su tendencia a las cirugías estéticas ya había pasado la línea de obsesión.

—¿Tú tienes? —preguntó en voz baja.

—Me agrandé los ojos—explicó Koyuki imitando su gesto.

—Se ve muy natural.

—¿Verdad? Iba a perfilarme la barbilla, pero, no sé, sentí que me haría ver...

—¿Menos japonesa?

—Exacto. Pero, Ariza si se la perfiló, se hizo el doble párpado y se achicó la nariz, con su voz de niña, parecía una ardilla.

"Lo más notable fue cuando se inyectó los labios y se puso senos. Pasó de la copa A a la C en unos meses, era obvio que todos nos íbamos a dar cuenta.

—¿Cómo la conociste?

—Estuvimos en la misma universidad. Aunque, nunca fuimos amigas, algunas personas quieren acercarse a mí para que les sea más fácil hacer negocios con mi padre, tal vez el padre de Ariza la envió a hacer eso, porque era obvio que yo no le caía bien y, aun así, todos los días intentaba hablarme.

"Yo solo intentaba ser cordial, no entiendo porque eso le hizo pensar que estaba bien seguirme abordando.

—¿Te desagradaba por eso o hay otra razón?

—Me desagradaba porque—arrugó su rostro— era irritante.

—¿De qué manera?

—Yo se cantar y tocar el chello, pero no me presento a las personas cantando mi nombre—expuso su mano mostrando que le parecía ridículo.

—¿Ariza hacía eso?

—Claro. También tenía una sonrisa muy artificial. No lo sé, era demasiado amable para mi gusto.

"Además, mi amiga Komiko me lo dijo, que cuando estaba en la secundaria vio a Ariza verter su jugo sobre otra chica.

—¿No te dijo por qué?

—Porque era una acosadora, ¿qué otra razón habría? Aquí quien debería dar explicaciones es tu novio, ¿qué razón tendría para salir con alguien así?

—Tal vez él conoció una parte de ella que tú no.

—Quizás. Lo importante es que me la reencontré poco después de graduarnos, para mi desgracia, la contrataron en la misma orquesta que a mí.

—¿Tocaba un instrumento?

—Peor. Cantaba ópera—torció sus labios—, era regular. Y nunca se esforzaba, todos sabíamos que estaba allí por los contactos de su padre, ¿y que iba a hacer yo?, si la señalaba, me acusaba de lo mismo.

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