ESTEBAN
Salgo del hotel a toda prisa, he comenzado a sentir una ansiedad gigante; pero la adrenalina logra amortiguarlo bastante bien. Ha comenzado a llover a cántaros, el tráfico está de pesadilla y mis nervios en combinación con el cólera que siento, me hacen querer golpear al pobre sujeto que me ha ganado el único taxi libre que ha pasado en varios minutos de espera agonizante
Mi teléfono vuelve a vibrar dentro del bolsillo de mi chaqueta, pero no hace falta que lo revise. Sé que es mi hermano intentando detenerme. Corroboro la dirección activando el mapa electrónico en mi móvil, y veo que el hospital queda a menos de diez cuadras. No logro ver ningún vehículo libre y muy probablemente sea capaz de llegar muchísimo más rápido a pie.
No puedo esperar más. He soportado peores situaciones, un poco de lluvia y viento no van a matarme. Corro lo más rápido que me permiten las piernas, y le ruego a Dios porque Ángel siga a salvo en su habitación. Ya me he empapado de la cabeza hasta los pies, al igual que he comenzado a sentir como el frío atrofia mis músculos al frenarme para recuperar el aliento que he estado conteniendo.
— ¿Se encuentra usted bien? — me pregunta una enfermera en cuanto entro por la puerta de urgencias. Noto como cada una de las camillas está ocupada. Se escuchan quejidos y lamentos por todos lados. La tormenta ha causado más daños de los que imaginé.
—Sí, sí—intento sonar lo más campante posible. No puedo levantar sospechas —. Es sólo que la tormenta me atrapó a unas cuadras de aquí— intento sonreírle antes de seguir mi camino hacia la habitación de Ángel.
El personal del hospital va de un lado para otro sin darse tiempo para revisar quién entra o quién sale, y no tengo idea de cómo sentirme respecto a eso, porque eso significa que si Kellan ya ha hecho algo..., es muy poco probable que se hayan dado cuenta.
Estoy por entrar a la habitación de mi chica de ojos verdes, en cuanto veo que un interno está sacando la camilla del lugar. Ángel está dormida y aún lleva puesta la bata quirúrgica ¿Por qué la están moviendo? ¿Hubo algún tipo de complicación? Avanzo, para poder preguntar qué es lo que está pasando, pero me oculto tras una de las paredes en el momento en que otro internista aparece por el pasillo.
—La tormenta no nos permite salir.
—Pero él quiere que el traslado se haga hoy mismo.
La poca iluminación del pasillo combinada con los metros de distancia, no me permiten distinguir muy bien los rostros de las personas en cuestión. Me percato de como uno de los dos hombres saca un celular.
—No. No he visto a nadie por aquí—dice —. No, no ha regresado desde hace unas horas—hace una pausa antes de proseguir—: Claro, todo sigue igual. La ambulancia está lista. Quiero el dinero en mi cuenta en menos de una hora.
<<Está hablando con Kellan>> pienso <<Se la va a llevar de aquí>>
El pánico se suma a la revolución de emociones que siento. Comienzo a pensar en alguna forma para poder actuar sin ser notado, pero es algo que no podré hacer si sigo vestido de esta forma y dejando pequeños charcos de agua por donde sea que camino. Tengo pocos minutos. Necesito actuar rápido.
—Disculpa...—salgo de mi escondite y me aproximo a ellos. Ambos me observan con curiosidad —, es que no logro encontrar los baños.
—Oh, están al fondo del pa...
El pobre sujeto no logra concluir la oración, le he dado un golpe en el rostro que lo ha dejado noqueado en el suelo. El otro chico intenta sacar su celular, pero lo tiro al suelo de un manotazo. El pequeño dispositivo cae al piso, y al interno no le queda más que defenderse atestando un golpe en el lado izquierdo de mi cara, pero yo lo tomo por la cabeza, golpeándolo contra la pared dejándolo completamente noqueado junto a su compañero. Arrastro ambos cuerpos hacia el interior de la habitación en la que estaba internada Ángel, y le quito el uniforme al más corpulento de los dos para poder seguir con mi plan improvisado. Me cercioro de mantener conmigo mi celular y el par de USB que David me ha entregado.
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El Guardaespaldas ©
RomanceEsteban Maxfield es un teniente de la marina estadounidense. Su servicio acabó y ahora él ya no sabe qué hacer de vuelta como civil. Su vida y su mentalidad han cambiado. Evita dormir para no sufrir de sus perturbantes pesadillas y no puede bajar la...