El Guardaespaldas ©

20| La decisión está tomada

ESTEBAN

— ¿Llevas todo?

Le pregunta Ronald Woodsen a su hija por enésima vez. No ha parado de hacerle preguntas sobre el pasaje de abordar y datos acerca del hospital. Daniel es el que se ha encargado de contestar a todo eso, como si quisiera sentirse superior o algo parecido. Ángel asiente en respuesta a la pregunta que le ha formulado su padre.

El aeropuerto está a reventar de gente, y me recuerda a mi regreso de Afganistán. Teobaldo se despide de todos nosotros con un fuerte abrazo, aunque noto como a Daniel sólo le da un educado apretón de mano. Patricia no ha dejado el jodido celular, pero al parecer Ángel ya no le presta tanta atención a su indiferencia. Galia está que no puede con las lágrimas y Ronald se ha alejado para hablar con Johnson más a solas.

—Cuídense mucho, hermano— me dice David mientras nos damos un abrazo fraternal —. La idea de Daniel acompañándolos no me agrada para nada.

—Créeme, a mi menos.

—Bien, creo que ya todo está en orden— dice Ronald Woodsen aproximándose a nosotros nuevamente. Le da un fuerte abrazo a su hija y a mí sólo me da amenazas para que la cuide bien, como si hiciera falta recordármelo.

Es hasta cuando todos se han marchado, que me atrevo a tomar de la mano a Ángel. Noto la felicidad que le causa mi gesto y me animo a pegarla más hacia mí y besarle la frente. Johnson nos observa de forma extraña, pero no me importa en lo absoluto. No es como si no estuviera enterado de lo que sucede.

En cuanto subimos al avión, Johnson le sugiere a Ángel tomar el lugar junto a ella para estudiar algunas de las lecciones, pero mi satisfacción es grata cuando ella me pide a mí que le acompañe. Ella se ha sentado del lado de la ventanilla, y desde mi asiento con vista al pasillo, puedo ver cómo Johnson se ha tenido que sentar a cuatro lugares de distancia.

~*~

El hospital es más grande de lo que se ve en las fotos en internet. Los pasillos están saturados, y no puedo evitar sentirme mal por toda la gente que he visto en las salas de espera. El sólo hecho de pensar en que yo seré parte de ellos en tan sólo unos minutos, me pone la piel de gallina.

Ángel ha tenido que acompañar a Daniel para registrarse, ella insistió en que quería que yo la acompañara, pero la verdad es que mi mal presentimiento ha cobrado fuerza y prefiero quedarme a ubicar las salidas de emergencia en caso de que algo llegue a suceder. Estoy por ir en búsqueda de ambos, cuando los veo aproximarse por el pasillo acompañados de alguien más.

—Esteban—dice la chica de ojos verdes y me apresuro a tomar su mano—. Él es el doctor Varick Warner. Será el encargado de mi cirugía hoy en la tarde.

Yo asiento con la cabeza, y estrecho la mano del médico.

—Esteban Maxfield, mucho gusto—me presento por mera cortesía.

—Mucho gusto, joven. Le estaba comentando a la señorita Woodsen que su contribución con este proyecto es un avance de vital importancia. Si todo sale bien...

—Un momento—le interrumpo—, ¿cómo que si todo sale bien?

Los tres permanecen en silencio por unos minutos antes de que Warner prosiga.

—Bueno, como les he comentado a los Woodsen y al señor Johnson, esta cirugía es parte de un proyecto que el hospital ha tenido desde hace ya unos años, y al ver el caso de Ángel, supimos que ella es la candidata ideal.

—Déjeme ver si le estoy entendiendo—noto como Ángel se ha puesto tensa, y ha comenzado a apretar mi mano — ¿Me está diciendo que la usarán como rata de laboratorio?