-Buenas tardes señores, disculpen pero su hija debe cenar.
-¿Y no nos podemos quedar de verdad? Es que no recuerdo la última vez que la vi comer como una persona.-dice mi madre, y me duele por que seguro que a ella le dolía más saber que me pasaba algo y que yo no quería contarle nada.
-Les aseguro que su hija come como debe pero lo siento, las normas no las he hecho yo, no pueden quedarse.
-Pues habrá que esperar tres días más.-dice mi padre.
-Tres días no son mucho si comparamos lo que ya ha pasado.-remata la maldita enfermera.
-Es verdad, pero ha valido la pena si ya está bien.-suaviza mi madre.
-Adiós cariño, te queremos.-dicen, otra vez, los dos a la vez, de verdad que me dan envidia.
Me voy a empezar la cena cuando llega Raquel. Siempre puntual, sabe que si no lo fuera no le dejarían estar con Nico. Las enfermeras se enfadan si llegamos tarde a una comida, como es normal.
-Buenas tardes noches.-entra diciendo.
-Un minuto más tarde y estarías en problemas Raquel.
-Lo se, por eso he llegado puntual.
-Anda, sienta y come.-finaliza la enfermera.
Como se que se va a poner a leer una revista y no nos va a hacer ni caso (esta es la enfermera borde) decido halar con Raquel.
-¿Que tal el día?
-Bien la verdad, pero estoy harta de estar con Nico. ¡Faltan tres días para que te vayas! Y esos tres nos los vamos a pasar encerradas en la habitación las dos juntas, queda dicho.
-A sus órdenes mi majestad. Pero tengo que avisar a Jorge.
-Oh no te molestes. Ya lo he hecho yo.
-Veo que lo tienes todo bien atado.
-¿Dudabas de mi capacidad?
-Nunca.-dije mientras reía, intentaba respirar, intentaba tragar y todo al mismo tiempo.
-¡Que te ahogas!
-Pues no me hagas reír mientras como, pedazo de idiota.
-Joder tía, ya ni idiota entera.
-Raquel, por ese chiste debería echarte de la habitación.
-Lo se, lo siento. Es que estoy agotada.
-Y yo que quería hablarte de una cosa...
-¿Y que es?
-Primero ¿por qué estas cansada pedazo de vaga? ¡Si no haces nada!
Ella pone los ojos en blanco y me saca la lengua, si que está cansada por que se comporta como una nena pequeña, y eso solo lo hace cuando está fatigada.
-No lo se, no duermo bien últimamente, pero he pedido medicación.
-Te darán la que a mi, que me deja cao en un momento.
-A ver si es verdad, dios. Necesito dormir bien una noche. ¿Que querías preguntar?
-A lo mejor te enfadas...
-Prueba.
-El otro día te dejaste el ordenador encendido, y Jorge vio que estabas leyendo un blog.
-Irreparable.
-Si ese.
-Es mio, lo escribía y llevaba tiempo abandonado así que quería ver si existía ahora.
-Expresabas mucho dolor a través de las palabras...
Se tumbó en la cama mirando al techo, y sabía que en cualquier momento se quedaría dormida.
-Sentía mucho dolor Tati.
Nos quedamos en silencio un rato. Pero fue el rato suficiente para que Raquel cayera rendida en la cama. Ahora que me podía quedar observándola, si que se notaba su cansancio. Tenía debajo de los ojos ojeras, pero ojeras grandes, negras y profundas, y la forma en que roncaba, parecía que no se despertaría en un día. En parte se que ese cansancio es debido a mi, a que me voy por fin. Ella no me lo ha dicho, pero Nico, me ha contado que lleva dos días haciendo el trabajo de Angie, y que nunca había visto a Raquel llorar tanto. Además dice que empezaba a decir cosas incoherentes. Debe de estar agotada Estos momentos son los que me brindan esa sensación de cercanía, de que a pesar de que Raquel sea un año mayor que yo, tengo la sensación de querer cuidarla, y protegerla a todo. Es como si ya la conociera de antes, como si... fuéramos amigas y nuestra relación fuera familiar. La quiero muchísimo y verla así me parte el alma pero se que para ella, algún día también habrá salida y yo estaré allí para verla. Me acerco a la cama. Ni siquiera se ha puesto el pijama, y parece ser la única noche del mes de mayo que hace más frío así que con cuidado consigo arroparla.
Tres días, dos de junio. Este treinta y uno de mayo no lo borraré nunca de mi corazón.
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Amnesia.
Teen Fiction"En la oscuridad siempre habrá algo que nos haga ver la luz" El diario de esta chica es prueba de ello. La anorexia no es juego. No es para bromear con ella, si no sabes no opines. Tatiana solo es una de muchas de las que se enfrentan al espejo todo...