El resto de los días hasta la salida de Jorge pasaron rápidos, seguidos de una rutina cargante. Levantarse, ducharse, llenarse el cuerpo con mierda, dormir, leer, quedar con los chicos, volver a llenarse el cuerpo de mierda, dormir.
Día a día lo único que cambiaba era el lugar y los planes que hacía con los chicos. Un día Raquel y Nico nos enseñaron el camino hasta el tejado, y allí estuvimos hasta la hora de cenar. Como no habían salido las estrellas por lo pronto que era nos las inventamos, hablamos y comentamos todo tipo de cosas. Hasta hablamos de los sentimientos que nos oprimían y así todos liberamos algo de tensión. Era bueno saber que podía contar las cosas a tus amigos que ellos no te juzgarían por tus pensamientos. Ambos comprenden el miedo que nos da a Raquel y a mi engordar. Entienden que comentemos y envidiemos cosas de las demás chicas, y aunque no les gusta no nos regañan por ello. Simplemente nos dicen que para ellos somos las mejores, lo veamos nosotras o no, y que conseguirán que eso cambie.
-Aunque no me vais a creer-dijo Nico.- Superaréis esto algún día, y Jorge y yo estaremos ahí para ayudaros en todo.
-Ambos sabemos que siempre le tendréis algo de asco a la comida, por que es así. Sois así. Pero poco a poco lo iréis perdiendo. Y aunque no lo perdáis del todo os queremos como sois.
Me tumbé en sus piernas y el se agachó y me dio un suave beso.
-Tati-dijo Raquel.
-¿Qué?
-Quien iba a pensar que encontraríamos a los chicos adecuados en un hospital ¿eh?
-Ya ves.-contesté riéndome.
-Y quien iba a pensar que me enamoraría como estoy enamorado de una enferma-Dijo Jorge- Aunque bueno, nunca pensé que ninguna enferma mental podría ser guapa, eres la excepción Tati.- Me dijo sonriendo con la sonrisa que más me gustaba.
-¡EH! ¿Y yo qué?
-Y tú también Raquel-Dijo Nico.
-Ah vale-respondió riendo.
La cena de esa noche no fue tan… pésima. Nos pusieron puré, pero este me olía bien y no me sentí tan mal cuando lo noté bajar por mi garganta ¿Estaba mejorando? Cuando terminamos nos pusimos a leer, Raquel me había dejado Hush Hush y me moría por empezar. Mientras Raquel se leía Ciudades de Papel.
-He buscado más libros interesantes y he encontrado unos cuantos-dije.
-¿Cuales?
-Por ejemplo, Pulsaciones o El chico malo.
-Uh, El chico malo suena a…
-Sí, es de eso.
-Pues ya hay otro en mi lista.
-Me los he apuntado todos en un papel, si eso mañana te copias los que te interesen.
-Me parece bien, yo buscaré también algunos y si eso cuando salga Jorge le pedimos que nos compre alguno pero luego se los pagamos claro.
-Sí, claro.
Que me recordase que en menos de dos días Jorge se iba no me hizo gracia, y se me notó enseguida. Toda mi postura corporal cambió. Mis hombros bajaron, dejé de sonreír y mi tono de voz bajó dos tonos más de lo que normalmente es.
-Eh, ¿qué te pasa?
-Se va Raquel. el se va en dos días y yo me quedo aquí.
-¿Y? Va a venir a visitarte todos los días, realmente lo único que cambia es que no va a dormir aquí. Tendrá una cama cómoda y comida buena y no esta mierda.
-Ya… yo… es que…
-¿Qué te preocupa?
-¿Y si encuentra a alguien? ¿Y si se cansa de mi y me cambia por alguien que no esté enferma y que sea guapa? ¿Y si me deja, como todo en mi vida Raquel?
-No va a pasar eso Tati, el te quiere y te lo demuestra. No se como sigues dudando de el.
-No dudo de el.
-No, dudas de ti misma que es lo mismo. El te quiere a ti, no a nadie más. A ti Tati. ¿Es que no te lo ha demostrado ya?
-Sí, pero…
-Pero sigues dudando y no sé por qué. Te lo demuestra cada día, cada minuto, cada segundo que pasa a tu lado Tati. Se le nota en la mirada, se le nota cada vez que está cerca de ti.
-¿Y si encuentra a alguien mejor que yo?

ESTÁS LEYENDO
Amnesia.
Teen Fiction"En la oscuridad siempre habrá algo que nos haga ver la luz" El diario de esta chica es prueba de ello. La anorexia no es juego. No es para bromear con ella, si no sabes no opines. Tatiana solo es una de muchas de las que se enfrentan al espejo todo...