Me llevaron a hacer pruebas, por que aparte de haber vomitado sangre, tenía los brazos llenos de granos y palpitando de tanto rascarme.
A base de analíticas, las cuales las analizaron, sorprendentemente, en el momento. Me dijeron que los picores eran culpa a una reacción alérgica a uno de los medicamentos.
-¿Pero no me habían hecho pruebas para que no pasase justo esto?-dije cabreada.
-Sí, pero este se nos había olvidado por que no es uno de los que te dimos.Entonces caí en que la pastilla que me había tomado era una de las mías.
-Ups.
-Ups, ups te voy a dar a ti...
La interrumpí con una fuerte tos, cuando me quité la mano de la boca tenía la manga roja. Cuando lo vio la enfermera se asustó.
-Dios mio, ¿Y eso?
-¿No he mencionado que llevo toda la noche vomitando sangre?
-No.-Dijo Raquel, se le notaba que estaba preocupada.
-Lo siento Tatiana, se que no quieres pruebas pero eso podría ser una hemorragia interna y necesitamos averiguarlo.
Mi cara cambió por completo, ahora estaba preocupada
-Tranquila, yo voy a estar contigo Tatiana- dijo Raquel.
-No puedes.- respondió la enfermera.
-¿Cómo que no puedo?
-No.
-Pero...
-No hay peros que valgan, vamos por favor, vuelve a tu cuarto ya.
Raquel me miró preocupada pero yo la hice una señal a modo de que todo iba a ir bien. Cuando salió de la sala por fin pude preguntar.
-Doctora, yo ya he oído hablar sobre las hemorragias internas, es grave ¿cierto?
-Eso no lo sabremos hasta que no te hagamos las pruebas pero...
-Pero sí, vale. Genial.
Se hizo silencio, y la doctora me llevó a otra sala para volver a hacerme las pruebas que determinarían que me pasaba.
-Sí, es una hemorragia interna arterial. Justo lo que nos suponíamos. El color de la sangre era muy claro y salía disparada para que fuese venosa.
-¿Y eso que quiere decir?
-Que tenemos que meterte a quirófano enseguida. La arteria obstruida es grande y no podemos esperar.
-Puf- resoplé- Pues vale, venga.
No se cuanto tiempo estuve en quirófano, solo se que al despertarme tenía una cicatriz enorme en la tripa y que me dolía mucho. Estuve unos días en una habitación sola y mis padres pudieron venir a verme. Ya de paso le pedí a mi madre que me trajese una caja azul que tenía en mi cuarto que estaba cerrada con llave. Me preguntó donde estaba la llave y la dije que la tenía yo, que siempre la llevo yo. Solía colgarmela en el cuello, pero me la tuve que quitar y ahora está escondida entre mi ropa. La expliqué que aparte de ser azul, la caja tenía una foto de one direction encima y al lado, una mía de pequeñita. Estaba en el parque y llevaba un vestido azul mar precioso. Llevaba el pelo recogido en dos coletitas y sonreía a la cámara picaramente. Mi sonrisa ha cambiado mucho desde entonces, aparte de que ahora no me gusta, la mayoría de veces que la muestro es falsa. Menos la noche anterior con Jorge. Bueno, que me desvío, la caja guarda en su interior mi diario y una foto de mi perra. La quería muchísimo y cuando murió no pude reemplazarla. Era mi única amiga y la perdí.Mi madre me lo trajo al día siguiente junto a un par de libros. La doctora me dijo que ya estaba bien y que podía volver a mi habitación junto a mi compañera. Mis padres se despidieron de mi y yo marché hacia mi sitio. Había echado de menos a Raquel y a Jorge... ¡Jorge! No le había dicho nada, dios estaría cabreadisimo con migo.Cuando entré por la puerta Raquel se abalanzó sobre mi.
-Joder tía, me tenías muy preocupada.
-Raquel, me está haciendo daño.- fue lo único que pude decir por que Raquel me había abrazado tan fuerte que no tenía oxígeno.
-Ay, lo siento. ¿A ver esa cicatriz de guerra?
Se la mostré y se le puso la cara blanca, sí, no era algo bonito de ver.
-Sí, esa cicatriz es eso, una cicatriz para que veas que puedes superar obstáculos. Nada ni nadie te puede parar Tatiana.
Miré hacia abajo ¿como podía ser esa chica tan lista?
-¿Y esa caja?- dijo señalando el escondite de mi diario.
-Es donde guardo mis cosas, le pedí a mi madre que me la trajese.
-¿Puedo ver que hay dentro?
Asentí, dejé la caja sobre la mesa y fui hacia los cajones donde guardaba la ropa, rebusqué entre ellos y saqué la llave. Abrí la caja y como era de esperar, Raquel cogió mi diario.
-¿Puedo?- preguntó a la vez que lo abría.
-¿Por qué preguntas si ya lo has abierto?- me entró la risa, esa chica tenía unos puntazos...
-Para ser cortés.
Empezó a leer, y yo con ella, no me acordaba de lo que había puesto.

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Amnesia.
Genç Kurgu"En la oscuridad siempre habrá algo que nos haga ver la luz" El diario de esta chica es prueba de ello. La anorexia no es juego. No es para bromear con ella, si no sabes no opines. Tatiana solo es una de muchas de las que se enfrentan al espejo todo...