Capítulo 11. Parte 2.

94 11 0
                                    

    -Aunque encuentre a alguien mejor que tu el te quiere a ti, y no hay más que hablar. No aguanto cuando dudas de ti misma. Eres fantástica y tienes a Jorge que está tremendamente enamorado de ti. Deja las dudas a un lado. Deja las dudas sobre ti misma. ¿Por que sabes qué? Te diré una cosa. Si, habrá millones de tias por el mundo, y alomejor como tu dices mejores que tú. Pero son mejores por que son únicas, y como tú también eres única eres mejor que otras chicas. Que se te meta esto en la cabeza Tati, el te quiere a ti. Haya o no mejores que tu sueltas por ahí. ¿Entiendes? A ti. Y no quiere nada más. Te quiere a ti con todos tus defectos incluidos. Deja de compadecerte de ti misma y date cuenta de que eres perfecta a tu modo inigualable que nadie podrá alcanzar por que no hay nadie como tú y punto. Dicho esto, buenas noches.

Y así se durmió, e increíblemente aunque estuve pensando un rato sobre lo que había dicho Raquel me dormí, pero con un pensamiento en mente. Tenía que salir de allí para estar con Jorge, eso es lo único que quería ahora y ningún hospital me lo impediría.          

A la mañana siguiente me desperté  temprano y con más ganas de lo habitual para enfrentarme al mundo. Me duché y me vestí antes de que Raquel se despertase. Miré el reloj. Las siete y media. No nos traerían el desayuno hasta las nueve así que decidí irme al jardín para pensar.        

Cuando llegué allí estaba vacío como cabía de esperar. Me senté en el mismo banco en el que Jorge y yo nos sentamos para admirar las pocas estrellas que la luminosidad de la ciudad permitía ver. El blanco de éste había empezado a caerse y empezaba a verse el color original de la madera. Lo creyese o no, estábamos en Marzo por lo tanto las flores lucían preciosas y olía muy bien allí. Aunque mi color favorito es el negro, en ese momento agradecí estar rodeada de blanco, daba más claridad y me ayudaba a pensar. Tenía que salir de allí como fuera. Pensé en comer bien, en no quejarme, coger el peso que los médicos consideraban el saludable y salir de allí. Luego fuera ya haría ejercicio. Jorge me ayudaría.

Jorge.        

Iba a hacer todo esto por Jorge.

Por que quiero estar con el, quiero un futuro con el. Aunque eso signifique unos pocos años de relación, es lo que quiero ahora. El futuro ya se verá. Carpe Diem como bien dicen en la película de El club de los poetas muertos. Decidí que tenía que contarle mi decisión a Jorge cuanto antes. Se iba mañana y tenía que saberlo. Miré mi reloj. Las ocho y media. Ya estaría despierto y si no, lo siento. Esto era de importancia.

Cuando llegué llamé a la puerta y tras varios segundos abrió Jorge. Iba semidesnudo con una toalla colocada en la parte inferior de su cuerpo actuando de boxer, y se secaba el pelo empapado con otra toalla.

-Hola Tati.

-Lo siento, ¿te estabas duchando?        

-No, tranquila, ya había terminado, pasa.        

-¿Y por que no me ha abierto Nico?-dije mientras entraba.        

-Por que no está, se ha ido con Raquel.        

-Cómo aprovechan mi ausencia…

Jorge se rió.        

-¿Dónde te habías metido?        

-Estaba en los jardines, pensando.        

-¿Pensar tú? Cosa mala…        

-Eres malo conmigo.        

-Si no fuese por que la toalla se caería, y es contenido para adultos- dijo sonriendo el muy imbécil- Ahora mismo te mordería.        

-Eres tonto ¿eh?        

Amnesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora