No pude dormir.
Lo intenté con todas mis fuerzas, aferrarme a esas horas con Jorge.Nada, que no había manera. Toda la noche despierta, y por si ya no era malo. Empezaron a picarme los brazos, y finalmente, me entraron ganas de vomitar. Me pasé desde las cuatro de la mañana hasta las cinco y media vomitando (no se que, porque no había comido) hasta que desperté a Raquel.
-¿Estás bien tía?
-Pues no se, estoy arrodillada frente al váter echando por la boca todo mi estómago. Pero sí, estoy bien.
-Noto que la falta de sueño te hace estar de mal humor.
-¡¿Puedes llamar a la enfermera por favor!?- No sé porqué dije eso, en realidad no quería a ninguna enfermera allí. Me llevarían a hacer pruebas y no tenía ganas.
-Voy, voy. Joder, que mandonas estamos.
Cuando oí la puerta cerrarse, volví a vomitar. No podía mirarme al espejo, por que estaba todo oscuro y no podía moverme, claramente. Pero estaba segura de que estaba horrible. Volví a oír la puerta abrirse. Y me encontraba tan mal, me dolía tanto la tripa, que ya me daban igual las pruebas que me hiciesen. Dije con las pocas fuerzas que tenía:
-¡Estoy aquí! Por favor, rápido o me moriré aquí dentro.
-¿Tatiana? ¿Eras tú la de los llantos?
Dios mío, esa no era la voz de la enfermera ni siquiera la de Raquel.
-¡Jorge! ¿Qué haces aquí?
-No sé, tú estás aquí agonizando, que parece que estás pariendo, y yo que estoy al lado, y que si no te acuerdas, te ha besado esta noche, pues puede que esté un pelín preocupado.
-Sí me acuerdo tonto -Intenté reír, pero me dolía mucho- ¿Puedes ver si viene ya Raquel con la enfermera?
-Espera, voy a ver.
Salió, pero al minuto volvió.
-No, lo siento Tatiana. Tienes que aguantar un poco más. Vamos, yo se que puedes, pequeña princesa.
Empecé a temblar. Eso me había encantado, pero no sabía si aguantaría mucho más. Sentía que mis fuerzas se acababan. Volví a vomitar, pero ahora me hice daño en la garganta y hasta yo pude notar que eso había sonado muy mal.
-Tatiana. cielo, ¿estás bien? Déjame pasar.
-No- dije o lo intenté, pero el ya estaba dentro.
-Pero por qué está la luz apagada.- La encendió.
Me tapé la cara lo máximo que pude con el pelo. Por desgracia no fue suficiente.
-Eh, no te tapes la cara. No puedo decirte que estas guapa, por que entonces seguramente sería uno de los personajes de tus libros a los cuales estás enamorada. Pero yo no quiero eso, quiero que te enamores de mi. Y por eso te digo, que aunque no estés guapa, nadie lo está cuando está enferma.
-Yo...-No pude decir nada, fue abrir la boca y vomitar otra vez.Esta vez, al tener la luz encendida pude ver lo que había salido por mi boca, y no me lo pude creer. Estaba todo rojo. Estaba vomitando sangre.
-Tati, eso no pinta bien.
Asentí para darle a ver que estaba de acuerdo. Me había llamado Tati. Cuando pude controlar más o menos las ganas de vomitar le dije.
-Me gusta, Tati digo, me gusta como suena.
-Bueno, a mi me gustas tú.
Y en ese momento se abrió la puerta y por ella entró Raquel acompañada de la enfermera (Por fin, no me había puesto a llorar por que estaba Jorge delante)
Cuando salí del cuarto y Jorge se metió al suyo dándome un beso en la mejilla y haciendo que me sonrojara, por fin pude llorar.
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Amnesia.
Teen Fiction"En la oscuridad siempre habrá algo que nos haga ver la luz" El diario de esta chica es prueba de ello. La anorexia no es juego. No es para bromear con ella, si no sabes no opines. Tatiana solo es una de muchas de las que se enfrentan al espejo todo...