Capítulo 4. Parte 3.

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No pude dormir.

Lo intenté con todas mis fuerzas, aferrarme a esas horas con Jorge.Nada, que no había manera. Toda la noche despierta, y por si ya no era malo. Empezaron a picarme los brazos, y finalmente, me entraron ganas de vomitar. Me pasé desde las cuatro de la mañana hasta las cinco y media vomitando (no se que, porque no había comido) hasta que desperté a Raquel.

-¿Estás bien tía?

-Pues no se, estoy arrodillada frente al váter echando por la boca todo mi estómago. Pero sí, estoy bien.

-Noto que la falta de sueño te hace estar de mal humor.

-¡¿Puedes llamar a la enfermera por favor!?- No sé porqué dije eso, en realidad no quería a ninguna enfermera allí. Me llevarían a hacer pruebas y no tenía ganas.

-Voy, voy. Joder, que mandonas estamos.

Cuando oí la puerta cerrarse, volví a vomitar. No podía mirarme al espejo, por que estaba todo oscuro y no podía moverme, claramente. Pero estaba segura de que estaba horrible. Volví a oír la puerta abrirse. Y me encontraba tan mal, me dolía tanto la tripa, que ya me daban igual las pruebas que me hiciesen. Dije con las pocas fuerzas que tenía:

-¡Estoy aquí! Por favor, rápido o me moriré aquí dentro.

-¿Tatiana? ¿Eras tú la de los llantos?

Dios mío, esa no era la voz de la enfermera ni siquiera la de Raquel.

-¡Jorge! ¿Qué haces aquí?

-No sé, tú estás aquí agonizando, que parece que estás pariendo, y yo que estoy al lado, y que si no te acuerdas, te ha besado esta noche, pues puede que esté un pelín preocupado.

-Sí me acuerdo tonto -Intenté reír, pero me dolía mucho- ¿Puedes ver si viene ya Raquel con la enfermera?

-Espera, voy a ver.

Salió, pero al minuto volvió.

-No, lo siento Tatiana. Tienes que aguantar un poco más. Vamos, yo se que puedes, pequeña princesa.

Empecé a temblar. Eso me había encantado, pero no sabía si aguantaría mucho más. Sentía que mis fuerzas se acababan. Volví a vomitar, pero ahora me hice daño en la garganta y hasta yo pude notar que eso había sonado muy mal.

-Tatiana. cielo, ¿estás bien? Déjame pasar.

-No- dije o lo intenté, pero el ya estaba dentro.

-Pero por qué está la luz apagada.- La encendió.

Me tapé la cara lo máximo que pude con el pelo. Por desgracia no fue suficiente.

-Eh, no te tapes la cara. No puedo decirte que estas guapa, por que entonces seguramente sería uno de los personajes de tus libros a los cuales estás enamorada. Pero yo no quiero eso, quiero que te enamores de mi. Y por eso te digo, que aunque no estés guapa, nadie lo está cuando está enferma.

-Yo...-No pude decir nada, fue abrir la boca y vomitar otra vez.Esta vez, al tener la luz encendida pude ver lo que había salido por mi boca, y no me lo pude creer. Estaba todo rojo. Estaba vomitando sangre.

-Tati, eso no pinta bien.

Asentí para darle a ver que estaba de acuerdo. Me había llamado Tati. Cuando pude controlar más o menos las ganas de vomitar le dije.

-Me gusta, Tati digo, me gusta como suena.

-Bueno, a mi me gustas tú.

Y en ese momento se abrió la puerta y por ella entró Raquel acompañada de la enfermera (Por fin, no me había puesto a llorar por que estaba Jorge delante)

Cuando salí del cuarto y Jorge se metió al suyo dándome un beso en la mejilla y haciendo que me sonrojara, por fin pude llorar.

Amnesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora