Estuvimos una hora ahí abrazados, mirando las estrellas e intentado adivinar las constelaciones. A pesar de que estábamos a principios de febrero, no tenía frío. Pero sobre las dos y media Jorge insistió en volver dentro por que si no cogería una pulmonía.
Increíblemente esa noche volví a conciliar el sueño, pero ya no soñé nada más. Aunque repasé mentalmente unas cuantas veces la maravillosa velada que mi novio había organizado. Ya no quedaba nada para que se fuera. Intentaba no pensar en eso y centrarme más en mi propia rehabilitación. Antes de que pudiera darme cuenta me había dormido, y al segundo siguiente ya había amanecido, y al siguiente yo estaba en la ducha para asearme antes de que nos trajeran el desayuno. Y al siguiente yo estaba tragando las 450 calorías de este. Cuando por fin se fue la enfermera y ya tuvimos intimidad Raquel me acribilló a preguntas como yo sabía que haría.
-Ayer me levanté por la noche y no estabas ¿Donde estabas Tati?
-No me mientas, tu eras cómplice. Sabías que Jorge vendría a sacarme de la cama.
-Será asqueroso, me ha delatado. Bueno, ¿Y que tal? ¿Como fue? ¿Se veían?
-Las preguntas de una en una, por favor.- respiré para coger aire y comencé- Fue genial, me llevó a… bueno, tú lo sabías claro, y yo al principio pensé que me quería enseñar los jardines y que se iba a llevar un disgusto, pero cuando vi las estrellas, fue increíble. Es precioso en serio, Nico debería llevarte.
-No, paso. ese es vuestro lugar especial. Nosotros tenemos el nuestro.
-Ah, ¿sí? No me has hablado de eso. Esta te la guardo, ya hablamos luego de eso. Se veían Raquel, se veían. Fue genial, descubrimos constelaciones y otras nos las inventamos un poco pero estuvo divertido. y ahora te toca, ¿lugar especial?
-El tejado.
-¿EL TEJADO?
-Sí, Nico encontró una escalera que lleva hasta a el. No hay nadie y se está muy tranquilo. Además, nos gusta mirar las nubes y jugar a ver a qué se parecen.
Me pareció bien, y aunque ya no salió palabra de nuestras bocas.
Raquel y yo habíamos llegado al momento de la relación en que nos entendemos sin necesidad de hablar. Nos pusimos a leer, nuestros respectivos libros. Yo estaba con Crepúsculo, enamoradita de Edward, y Raquel estaba con la última parte de Hush hush, Finale. Sobre la hora de comer yo ya había acabado el libro y había empezado con Luna Nueva.
Ese día el menú incluía un filete de ternera al que le clavabas el tenedor y rebotaba y un plato lleno a rebosar de guisantes. Me lo comí sin rechistar, como una buena chica, intentando no darle muchas vueltas al tema de las calorías.
Luego llegaron lo chicos y estuvimos pasando la tarde entre risas y cartas. Pero esta vez sin apostar. Se dieron cuenta que les haríamos comprar la librería entera. Y aunque tengo una larga lista de libros por comprar, no me gusta que la gente se gaste dinero en mi.
-Ah, ¿pero que teneis una lista?-Preguntó Nico asombrado.
-Pues claro-Contestamos Raquel y yo al unísono.
Saqué un papel de mi mochila y se lo di:
1º Divergente.
2º Bajo la misma estrella.
3º Lazos de sangre.
4º Cazadores de Sombras, los orígenes.
5º Cazadores de Sombras.
6º Donde los árboles cantan.
7º Nunca digas nunca.
8º El corredor del laberinto .
9º Ciudades de Papel.
10º Corazón de Mariposa.
Y así una lista con más de cincuenta libros apuntados, algunos tachados y otros no. Algunos más urgentes como Hush hush, o Pulsaciones y otros menos como Memorias de un zombi adolescente.
Por la noche nos despedimos de los chicos, otra jornada había acabado. Ahora tocaba la cena, y luego a dormir. Un día menos para la salida de Jorge. Aunque intentaba no pensar en ello, los pensamientos me golpeaban con fuerza. Y aún así, me dormí.
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Amnesia.
Teen Fiction"En la oscuridad siempre habrá algo que nos haga ver la luz" El diario de esta chica es prueba de ello. La anorexia no es juego. No es para bromear con ella, si no sabes no opines. Tatiana solo es una de muchas de las que se enfrentan al espejo todo...