Capítulo 5. Parte 2.

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24 de Noviembre 2013

Hoy uno de mis preciosos compañeros me ha pillado leyendo en el baño, y no ha parado hasta conseguir el libro que me estaba leyendo: Canciones para Paula, de uno de mis escritores favoritos. Cuando lo ha tenido entre sus manos ha decidido que sería divertido tirarlo al suelo que estaba empapado. No he podido secarlo, además olía fatal, por que después de tirarlo al suelo lo ha pisado con sus botas manchadas de barro. Por último me ha dejado en el baño llorando pero para rematar su jugada, me ha gritado. "¡Friki gorda de mierda!"No se por que se portan tan mal conmigo, yo no he hecho nada a nadie, ni deseo mal. ¿Por que la gente es tan mala?Creo que es por que les da igual que le pase a alguien que no es como ellos. Creo que si ahora mismo me pasase algo, a nadie le importaría, la vida seguiría su curso normal. Mis padres, pues sí, lo pasarían mal, pero lo aceptarían. Como yo acepté la muerte de Luna, y como las demás personas deben aceptar la muerte de un ser querido.

-Joder, es fuerte.

-Pues sigue leyendo, yo voy a hacer una cosa.

-Vale.

Estaba por salir de la habitación cuando Raquel dijo:

-Tranquila, que Jorge no está enfadado, ya le dije yo que sucedía.

Sonreí para mis adentros, sin lugar a duda, esta chica era extraña, pero la mejor compañera que me podría haber tocado.

Llamé a la puerta despacio por que eran las once de la mañana y podía haber alguien durmiendo. Pero oí ruidos en la habitación y enseguida abrieron la puerta.

Era Jorge.

No me dio tiempo a decir nada, por que me cogío y me abrazó muy fuerte, tanto que se me cortó la respiración.

-Joder, pensé que no volvería a verte. Raquel me contó que estabas bien pero ya está.

-Sí estoy bien, aunque la cicatriz me duele.

Me besó suavemente en los labios. Cerré los ojos, suena estúpido pero estar sin él me había dolido más que la cicatriz.

-Te he echado de menos ¿sabes? Eras lo único en lo que pensaba-dije.

-Joder.

-¿Solo joder?- por mi tono de voz se notaba que iba a chinchar, y además le sonreí. Me acerqué a él y le volví a besar.

-Decía joder por que yo también te he echado de menos, pero si me vas a besar cada vez que mienta lo haré siempre- y me devolvió el beso.

Entré a su habitación y él hizo una señal a su compañero (Nico) para que se fuera.

-Mientras tú no estabas, Nico y Raquel se han liado, pero liado, liado.

- ¿A qué te refieres?-Me refiero a que las paredes aquí son delgadas.

-No jodas- Dios, que risa me dio, no paré de reír hasta que la enfermera trajo el desayuno.

-¿Es esta tu "compañera" Jorge?- dijo ella echandome una sonrisa juguetona.

-Así es Lucía. Nos hemos cambiado un momento por que quería estar con ella ahora que ya está recuperada de su operación.

-Está bien, tranquilo, no pasa nada- y sonrió.

- El amor hay que aprovecharlo y más cuando uno está enfermo. Pero tiene que comer ¿eh?

-Sí, yo la controlo, no hay problema.- y me besó en la mejilla.

-Que bonita pareja, usad protección ¿eh?

Me empecé a reír otra vez, dios mío, no podía parar.

-Lo dice enserio-dijo Jorge.

-Ah, pero que está permitido.

-No es que lo esté, simplemente que como estamos enfermos, en una zona especial, se nos perdonan un poco las cosas. Es broma, lo dice de coña, nada más.

-Ahh-Vale, eso era más normal-Si se nos perdonan cosas a mi se me perdona saltarme el desayuno hoy ¿no?

-O comes, o te quedas sin besos.

-Pero...

-Shh.

-No...

-Shhhhh.

-Vaale, comeré pero solo el zumo y el yogurt.

-Y el bollo.

-Pero es que el bollo..

-Y el bollo.

-Vale, papá.

-Bien hecho- Y me besó.

Me comí todo el desayuno, por que Jorge se ponía, 'Vamos pequeña cazadora de Sombras, recuerda que tienes que estar fuerte y no ser un palillo andante para poder matar demonios.' o 'En Osadía, las chicas comen, Tris pasó de estar delgada a estar fuerte. Pues ahora te toca a ti ser Tris'. Claro, con eso yo no puedo resistirme.

Jorge era el chico el chico perfecto, guapo, lector, amable, listo... demasiados adjetivos para una persona. El no podía ser real, pero así era.

Cuando acabé de comer, me besó y me dejó hacer mi tabla de ejercicios.

-Te dejo por que has comido ¿eh? pero si quieres perder peso, yo te ayudo.

-Cariño, que tengo quince años.

Sonó su teléfono, era un mensaje, lo cogió, lo leyó y luego me contestó.

-No pienses mal y no me mientas.

-No te miento.

-Si lo haces, tienes dieciséis.

-¿Cómo lo sabes?

-Pues por que Raquel está leyendo tu ¿diario? y que ha llegado al día 3 de Diciembre, es decir, hace dos días, y ha leído que es tu cumple.

-Joder, se me había olvidado.

-Mentirosa...

Me cogió por la cintura y me tumbó en la cama. Me besó y yo le cogí por el cuello.

-Feliz cumpleaños, Tati.

Amnesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora