Caítulo 15. Parte 4.

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 Jorge, que se ha dado cuenta de como mi cerebro está chirriando por el esfuerzo me pregunta susurrandome al oido:

-¿Que estás pensado Tati? Te sale hasta humo por las orejas.

Me reí de su patético intento de chiste, pero aún así el me encanta.

-Solo estaba... echando la vista atrás. He cambiado mucho desde que entré en este lugar.

-¿Como en qué?

-Para empezar, aunque este harta, le he cogido cariño al sitio. He descubierto a grandes personas. Y para continuar, cuando entré pensé que este sería mi fin, que nunca saldría, y mucho menos que me podría comer todo un plato lleno de la mierda que sea sin rechistar ni contar las calorías. Nunca pensé que nadie se acercaría a mi, o que llegaría a ser sociable, o que tendría novio, o amigos incluso. Nunca me imaginé este futuro la verdad. Pero ahora no imagino uno mejor.

-Eres fantástica Tati, nunca lo olvides.- dijo Raquel a la par que se levantaba y me daba un fuerte abrazo.

-Tú también lo eres Raquel, te quiero.

-Os quiero chicos.- dijo Nico. Y con esto se formó un abrazo grupal en el que yo estaba en el medio apretujada. Pero no me dolió, me gustó sentir a las personas que más quería junto a mi. Ese era mi hogar. No era mi casa, ni estar con mi familia. Ellos eran mi hogar y mi familia. El hogar y la familia que yo había escogido. No con el que había nacido.

Amnesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora