Capítulo 12. Parte 1.

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Cuando estuvo lejos de mi visión me metí en mi cuarto otra vez. Toda la fuerza de voluntad que había tenido con Jorge se había esfumado, y como era de esperar, me derrumbé. Y fue como si me tirasen de un rascacielos, pero lentamente, para que fuera consciente de que iba a morir. Estuve llorando mucho tiempo, por que realmente me dolía el alma. Y en sentido literal, notaba un gran vacío en mi pecho. Me puse Skyscraper, ya que la música siempre me ha ayudado. Pero ni los versos de esa canción tapaban mis llantos:                      

  “You can take everything I am 
You can break everything I am
Like I'm made of glass
Like I'm made of paper
Go on and try to tear me down
I will be rising from the ground
Like a skyscraper, like a skyscraper”

No había forma de parar, me encontraba muy mal. Para cuando llegó Raquel yo estaba en mi pijama de pitufos, con el rimel corrido, abrazando mi almohada de tal forma que me tapase la boca, para silenciar algo los sollozos, pero no funcionaba.        

-¡Tati! ¿Qué te pasa?        

-Nada Raquel, estoy bien enserio.        

-Mira, eso no me lo trago ni cuando la gente sonríe. ¿Te crees que me lo voy a tragar ahora cuando estás con estas pintas?        

-Gracias, eso me anima.        

-No, joder. Lo que digo es que a mi no me engañas. Cuéntame qué te pasa que para eso estoy.        

-Que de verdad no me pasa nada. Simplemente que cuando se ha ido Jorge me he sentido algo vacía pero le he prometido que comeré para salir de aquí y eso es lo que voy a hacer.        

-Primero, entonces sí te pasaba algo y segundo ¡Así me gusta, joder! ¡Menos mal ya! Me alegra mucho saber que vas a ser fuerte Tati, que ya lo eres, pero digo que me alegra saber que vas a conseguir salir de este sitio.        

-Y tú también Raquel.        

-Yo… Sí claro.        

-¿Y esa duda que noto en tu voz?        

-Nada importante, es una cosa que me gustaría contarte antes de irme. Pero ahora no es el momento.        

-¿Antes de irte a dónde?        

-A mi casa, antes de salir del hospital.        

-Ah, claro. Vale perdón, es que soy tonta.

-dije riendome de mi misma.        

-Pero yo aún así te quiero ¿eh?        

-¡Oye!-exclamé.        

-Tú lo has dicho, no yo.        

-También es verdad.        

-Bueno, ¿Te vienes conmigo y con Nico? Vamos a ir a imaginarnos las constelaciones otra vez.        

-No, no tengo ganas.        

-Tati…        

-Vete, estaré bien.        

-¿Me lo prometes?        

-Te lo prometo, me voy a duchar y luego voy a empezar con Crescendo.        

-¿Ya terminaste Hush Hush?        

-¿Lo dudabas? Es Patch Cipriano de quien hablamos.        

-Es cierto. Bueno, pues que te diviertas, y no me llenes el libro de babas, qué te conozco.        

-¡Lárgate ya, asquerosa¡-Dije al tiempo que lanzaba la almohada y ella cerraba la puerta para protegerse mientras se reía.        

Después, fuera de la habitación solo se escuchaban las risas de Raquel hasta que dobló la esquina.        

Y luego silencio.        

Silencio.        

Mi gran y pacífico amigo el silencio.        

Qué bien se está en silencio.

Pero bueno, tenía que cumplir con lo que había dicho así que me quité la ropa y me duché. El agua fría me vino bien para despejar la mente.        

Sí, agua fría.        

Sí, soy rara.

Después de eso, me vestí tranquilamente a la par que me daba una crema hidratante para la piel. Me peiné, me sequé el pelo y luego me tumbé a la cama dispuesta a leer un buen libro antes de dormir. 

Amnesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora