Capítulo 17. Parte 6.

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Pero dando vueltas por mi cuarto, de repente se me enciende la lucecita. No se dónde o si está siquiera, por eso voy en busca de alguna enfermera que me diga algo. Termino encontrándola yo antes de que me de tiempo a preguntar, está saliendo de una habitación cuando yo paso por delante.

-¡Tati!-me saluda.

-¡Angie!-la respondo y la abrazo, con cierta delicadeza por que ya tiene una tripa considerable.- ¿Cómo estas?

-Pues agotada cariño. ¿Me acompañas a por un té y hablamos?

-Por supuesto.

Antes de llegar al despacho donde tiene su té, pasa por una máquina de hacer cafés, y decide comprar uno por que no quiere caminar más (la duele mucho la espalda). Hace un último esfuerzo para llegar a nuestro lugar. el banco, ya no tan blanco por el paso del tiempo, del jardín del hospital. Ya sentadas continuamos la conversación.

-¿Que tal el bebé? ¿Victoria te da mucha guerra?

-Pues la verdad es que no, es tranquila, pero estoy ya de siete meses, y pesa mucho.

-Es verdad, que nace en Junio ¿no?

-Sí, y tiene pinta de que va a ser géminis, por que tiene doble personalidad. O da muchas patadas o ninguna, pero no suele dar muy a menudo. Es más tranquila.

-Me alegro mucho Angie. De verdad.

-Tu sales en breve ya ¿no?

-En cinco días.

-Perfecto. Quiero que cuando te llame para que vengas a ver a mi niña, sea la primera vez, desde que salgas, que vuelvas a pisar un hospital ¿entendido?

-¿Qué tipo de terapia es esta Angie? ¿Acoso psicológico?-lo digo en el tono más sarcástico que puedo sacar. 

Y aunque al principio me mira mal, termina sacando una media sonrisa.

-¿Entendido?- repite en un tono mucho más amable.

-Entendido, pero, para que puedas llamarme primero tienes que tener mi número.

-Es verdad, anda que qué cabeza.

-Ya, no te lo tomes muy personal, son cosas de la edad.

-Oye que yo soy muy joven.

Asiento y me río por la cara que pone, pero luego la doy un codazo repitiendo que era broma y ella también termina riendo a carcajadas. Luego saca su móvil y me guarda en contactos. Me manda un mensaje, y yo hago lo mismo.

-Estoy deseando que salga, para que pueda conocerte al fin, Tati. Presiento que vas a ser tan importante para ella como lo has sido para mi.

-¿Qué? ¿Como he podido ser yo alguien importante para ti?

-Por que me recuerdas a mi cuando tenía tu edad, y sufrí lo mismo que tu, y por cosas de a vida acabé internada en este hospital, en la misma habitación en la que ahora estás tu. Me recordabas a mi excepto por que desde un primer momento yo vi en ti fortaleza, y mis psicólogas solo me decían que retrocedía, que mi fuerza disminuía. Tu eres especial para mi, y quiero que seas especial para Victoria, que la enseñes a ser fuerte Tatiana.

Me quedé literalmente con la boca abierta, siempre que Angie hablaba así yo me quedaba sin palabras, sin aire en los pulmones y mis ojos se humedecían tanto que tenía que pestañear para ver normal. No soy una maga de las palabras así que reaccioné como pude y la abracé. La abarcé tan fuerte como pude, tanto tiempo que ella misma tuvo que decirme que la estaba ahogando, y cuando me separé vi que tenía la cara empapada, y supuse que así debería estar la mía también. 

-Eres como la hermana pequeña que nunca tuve Tati

-Y tu como mi hermana mayor. En este sitio he descubierto dos hermanas, dos amigas. Muchas gracias por todo Angie.

-Gracias a ti. Me tengo que ir que tengo turno. Te llamaré cuando Victoria decida salir.

-Estaré pendiente, te lo juro. Estaré allí como un reloj.

-Gracias. Te quiero Tati, cuídate.

-Y yo a ti Angie, lo mismo digo.

Cuando Angie salió por la puerta, me quedé un rato más sentada en aquel banco blanco, aspirando el dulce aroma de las rosas rojas. Añoraría ese olor. Añoraría ese lugar, y sobre todo añoraría a esa gente y a la familia que había formado allí.

Amnesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora