Capítulo 9. Parte 1.

148 14 0
                                    

Pues como dijo la doctora me quedé dos días más en mi habitación particular, sola.

Sola.

S-O-L-A.

Completamente sola.

Nadie podía venir a verme. Las enfermeras me vigilaban más con la comida, ya no se ponían a leer revistas de cuarentonas, sino que se quedaban fijamente mirándome, incluso después de comer se quedaban dos horas más por si acaso iba a vomitarlo.Me hacían desnudarme todos los días delante de un doctor y me pesaban.

Cuarenta y cinco kilos que en dos días se convirtieron en cincuenta. ¿Parece imposible, verdad? Lo sé, pero por desgracia eso apuntaba la vascula.

Al principio las enfermeras me dijeron que qué hacía para que la báscula diese tanto. Pero yo no llevaba nada encima Solo mis pesados músculos, y mi gordo culo.

Pero las enfermeras insistían en 'cachearme' y a mi me daban ganas de gritar:

¡QUÉ ENGORDO MUY RÁPIDO, JODER!

Pero bueno, los días pasaban rápido. Yo contaba calorías y me ponía mala... pero me ponía peor estar en esa habitación blanca y deprimente sola. Necesitaba a Raquel para sacar mi mínimo pero existente lado de positividad.Aparte, no me decían como estaba Jorge y yo me estaba desesperando. Necesito saber si está bien.

¿Los médicos no entienden eso?

Qué asco, seguro que la mitad están amargados.

Cuando llegó el día de mi salida de la cárcel, era viernes. Viernes 16 de enero, y Jorge y yo hacíamos dos meses de conocernos y un mes de novios. No me lo podía creer.

Corrí todo lo rápido que mis pies (Y las enfermeras que había por el pasillo que me obligaban a parar y a seguir caminando) me dejaban y cuando llegué a mi cuarto me abracé muy fuerte a Raquel.

Ella al principio se quedó un poco en estado de shock pero luego me devolvió el abrazo.

-Dos días y te he echado más de menos que a mi madre en lo que llevo aquí metida.

-Exagerada-dije entre risitas ahogadas.

-Es verdad, joder Tati-dijo ella sonriendo.

-¿Cuando nos volvimos tan importantes la una para la otra?

-No sé, supongo que todo ayuda pero el dolor siempre une a la gente.

Acto seguido me cogió de la muñeca y me sentó en mi cama.

-A ver que yo hace dos días que te tengo que contar una cosa.

Aunque quería saber como estaba Jorge, la dejé que me dijese lo que tuviese que decir.

-Vale, y como se que quieres hablar de Jorge pues matamos dos pájaros de uno ¿no?

-¿Qué?

-¡Jorge ya ha salido Tati!

-¿QUÉ? ¿EN SERIO?

-Enserio, está escondido en el cuarto de baño para darte una sorpresa.En ese momento salió el.

-Sí-dijo-Una sorpresa no tan sorpresa por la bocazas de tu amiga.

-Lo siento- replicó Raquel-Yo me merecía más la cara de sorpresa.

Con lágrimas en los ojos, que no se porqué pero salieron solas, abracé a Jorge, y el acariciandome la mejilla para secarme una lágrima me dio un suave beso en los labios.

Me quedé así, abrazada a él hasta que Raquel hizo el típico sonidito corta rollos en plan "Eh, que sigo aquí"

-Hola, siento molestar pero es que estoy delante y veros así me dan ganas de vomitar.

-¿Y por que no te vas con Nico, eh?- Propuso Jorge.

-Por qué no se dónde está, listo.

-En el cuarto-Dijo Jorge riendo.

-Bueno, vale, ya no tengo más excusas para quedarme.-dijo sacando la lengua-Me voy tortolitos, pero eh, Tati. Esta noche es noche de chicas ¿entendido?

-No me lo preguntes a mi diselo a él.- Dije riéndome también.

-¿Entendido Jorge?

-Bueno, entendido.

-Así me gusta. Ea, adiós.

Cuando cerró la puerta y por fin nos quedamos solos, no nos movimos. Nos quedamos abrazados en medio de la habitación hasta que yo dije de sentarnos en las camas para hablar.Hacía una semana que no nos veíamos y además, tenía miedo de que Jorge estuviera cabreado conmigo.

-¿Sabes qué día es hoy?-Dijo Jorge, fue lo primero que dijo.

-Pues claro, dieciséis de enero. Un mes.

-Pues felicidades.

-¿Me felicitas por estar contigo un mes?- dije riendome.

-Pues sí, te quiero Tati.- Y me besó.Yo le devolví el beso y me quedé con ganas de más pero había cosas que preguntar.

-¿Cómo estás-Perfecto y mejorando. Me hicieron pruebas para ver lo de mi soplo y descubrieron que había empeorado y que o me operaban o era muy probable que me diese un paro cardíaco. Mi madre accedió de inmediato a la operación y por lo tanto se realizó en ese día mismo. Así que ya estoy operado, renovado y visto por mucho tiempo.

Había extrañado su buen humor demasiado pero no me había dado cuenta hasta ahora, así que lo besé... y me apartó.

-Pero imagina mi cara cuando salgo del infierno y me dicen que mi novia está con cuidados intensivos por que ha estado escondiendo la comida. ¿Salir del infierno para entrar en otro aún peor? ¿En qué estabas pensando Tatiana?

Amnesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora