Capítulo 6. Parte 2.

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Sollocé y ella se sentó a mi lado y me abrazó. Entonces las lágrimas brotaban de mis ojos, rápidas y abundantes.

-Eh, va a estar bien. Jorge es un chico fuerte, pero ha pillado un bache. No pasa nada, todos los pasamos, con él no será distinto y encima se recuperará y volverá contigo muy pronto, ya verás.

-Intento creerte-Dije entre lágrimas- De verdad que si, y espero con toda mi fuerza que sea como tú dices. Pero se me ha caído en peso muerto sobre mi. Y yo no he podido evitarlo, ni siquiera me había dado cuenta.

-Ni tú ni nadie Tati, no te eches la culpa, no es tuya. Es que te buscas unos novios... muy enfermizos.

La palabra novio me hizo estremecer. ¿Eso éramos? O sea ¿Eso somos? No lo sabía, nunca habíamos hablado de los que somos, aunque, bueno, en tres semanas que nos conocemos pues eso, casi no nos conocemos. Debería preguntárselo, ¿Novia o compañera de terapia? A mi me gusta como suena novio. "O mira mi novio Jorge". Me salió una sonrisa.

-Ehhh, lo sabía, sabía que te gustaría la idea. Bueno pues luego le pregunto a la enfermera.

-Perdona ¿Que estabas diciendo?

-¿¡No me estabas escuchando!?

-Siendo sincera contigo... Estaba pensando en lo bien que suena que llames a Jorge mi novio.

-¿Y no lo es?

-Pues no lo se.

-Pues cuando se despierte se lo preguntas.

-No creo que esté de humor y tenga ganas para eso.

-Vamos a ver, esté o no esté de humor, si realmente te quiere debe entender esas dudas, y cuando esté completamente recuperado debería solucionartelas.

-También es verdad, aunque no lo veo tan claro como tú...

-¡TE DIGO QUE ESTÁIS HECHO EL UNO PARA EL OTRO!

Me asombró demasiado su reacción, es decir, Jorge y yo nos conocíamos de apenas un mes. Raquel igual, no se como podía pensar eso.

-Bueno, vale. Si tu lo dices... Tengo algo de sueño, ese sofocón me ha pasado factura, si no te importa, voy a echarme la siesta como buena española que soy.

-Vale, pero antes de que te duermas como un tronco, voy a hacer eso que no me has escuchado decir.

-¿Pero qué es eso?

-Voy a pedirle a la enfermera que nos deje salir al jardín. Me han dicho que es bonito y creo que es lugar ideal para estar en esta situación. Por lo menos antes de que Jorge se recupere, entonces tú lugar será al lado de su cama, acompañando y dando tema de conversación. ¿Vale?

-Vale Raquel, me voy a dormir.

Raquel me dió un suave beso en la frente.

-Dulces sueños, Tati.

Y en el instante en el cual Raquel salió del cuarto en busca de la enfermera, yo rompí a llorar, y fue así como me dormí, ahogándome en mis propias lágrimas, como había hecho todas esas muchas veces en mi cuarto.

Amnesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora