Continué por donde lo había dejado y en una hora y media ya me había terminado el libro. Como Raquel no había llegado me puse un rato la televisión mientras la enfermera me miraba como cenaba. Estaba atónita, me lo comí todo sin rechistar mientras contestaba a preguntas del programa de Ahora Caigo.
-¿Qué banda inglesa ha sacado su película llamada This Is Us?
-¡ONE DIRECTION!
La enfermera se reía y cuando me terminé el plato me felicitó
-Lo estás haciendo bien Tati, me alegro de tu cambio de actitud.
-Gracias.
-Venga, ya te dejo. Y por cierto, cuando salgas de aquí deberías ver lo de apuntarte a algo de esto, se te da bien.
-Gracias, lo pensaré.-dije riendome.
Cuando me quedé sola otra vez decidí esperar a que terminase el programa para dormirme, si para entonces Raquel no había llegado me dormiría.
Terminó y todavía no había llegado así que me dormí y soñé.
Era un recuerdo.
Tengo cuatro años. Estaba en mi cama, mi madre estaba contándome un cuento. El de siempre, Peter pan. Estaba ya acabando y dispuesta a salir de mi cuarto cuando la pido porfavor que mire en mi armario y debajo de mi cama para ver si hay monstruos. Mi madre me sonríe y se dispone a hacerlo. Cuando termina me sonríe y me da un beso.
De repente la escena cambia.
Tengo unos doce años. Estoy en mi cuarto leyendo, cuando entra mi madre y me dice que tenga cuidado con los monstruos de debajo de la cama. Yo la miro y le respondo que ya no soy una niña y que los monstruos no existen, aunque se que eso no es cierto. Se perfectamente que el mayor monstruo de la casa habita en mí, y está encima de la cama y no debajo de esta.
Vuelve a cambiar.
Estoy sentada en mi escritorio escribiendo algo, pero no veo muy bien las letras y no se por qué y de repente… Nada. Todo se ha esfumado y no queda nada, no soy consciente de que pasa a mi alrededor. Se que me dan palmaditas en la cara, y luego noto que me levantan y me mueven ¿Dónde estoy? ¿A donde voy? No lo sé. No se nada.
Nada.
Me despiertan unos susurros de mi nombre y un leve tambaleo.
-¿Qué? ¿Pero qué narices…?-balbuceo.
-Tati, por dios me habías asustado.
-¿Por qué?
-Joder, mírate.
No me había dado cuenta de mi aspecto. Pero si notaba el sudor cayendo por mi cara. Me levanté para poder ir al baño. Me mareé como de costumbre, por haber cambiado de postura tan bruscamente y me dirigí hacia el espejo. Estaba sudando, despeinada, y lágrimas caían de mis ojos, que al no haber limpiado del todo el maquillaje del día anterior estaban manchados de negro.
-¿Pero qué…?
-Y además cuando he llegado estabas chillando y removiendo en la cama. Pensé que te había dado un ataque o algo y casi me da un infarto cuando a la cuarta vez que he dicho tu nombre no reaccionas.
-Lo siento por el susto Raquel…-susurré.
-No pasa nada Tati, tranquila. ¿Pero puedes explicarme qué narices estabas soñando para esa reacción?
-No… no era un sueño. Era una sucesión de recuerdos…
-¿Pero cuales?
-El primero de mi infancia, la única parte feliz de mi vida, antes que esta claro. La segunda ya era cuando estaba en depresión y no paraba de leer. Y el último… esto…
-¿De qué?
-De mi intento de suicidio. He recordado algo de lo que pasó mientras estaba consciente. ¿Sabes de estas veces que mientras estás inconsciente escuchas algo y tardas un tiempo en comprenderlo? Pues eso me ha pasado a mi ahora, solo que además para mi ha sido como si lo volviera a vivir y eso me causa mucho dolor. De ahí todo esto.
-Mmmm… Realmente esperaba que fuera de eso, está bien. Me voy a dar una ducha de agua fría y luego me iré a dormir.
-Lo siento por no esperarte, estaba y estoy muy cansada.
-Tranquila.-dijo sonriendo.-Duérmete anda, no me esperes. Esta vez intentaré no despertarte pero no me des más sustos de estos ¿Eh?
-Lo intentaré, buenas noches Raquel.
-Buenas noches Tati.
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Amnesia.
Fiksi Remaja"En la oscuridad siempre habrá algo que nos haga ver la luz" El diario de esta chica es prueba de ello. La anorexia no es juego. No es para bromear con ella, si no sabes no opines. Tatiana solo es una de muchas de las que se enfrentan al espejo todo...