Brooklyn Baby. [Nikki Sixx]

▪︎ 36

¿Debería de huir de aquí y hacerme el tonto y que no la vi? Antes de dar la vuelva y marcharme de ese muelle escucho su dulce voz, me detengo al instante pero le doy la espalda.

- ¿Nikki? - pregunta Lindsay.

- Doy la vuelta para verla cara a cara y veo que ahí esta ella parada al lado de aquella carriola. - Lindsay. - digo.

- Pensé que jamás te volvería a ver pero me equivoque... jamás pensé verte por acá por Brooklyn. ¿Qué haces aquí? - pregunta seria y al parecer algo molesta. - Por qué estoy segura que no has venido a ver a tu hija, ¿O si?

- Contestanto tu primera pregunta: estoy aquí por la gira y me marchó en unos días y... salí a la calle con la esperanza de verte.

- Mentiroso. - suelta y cruza sus brazos. - Cinco meses sin saber nada de ti, cinco meses escribiendo cartas a un puto fantasma y tratando de comunicarme por teléfono con el mismo fantasma.
Sabes... no me sorprende esto, no me extraña tu compartimiento, solo que me da coraje que no cumplieran tu palabra.

- Lindsay, déjame explicarte el porqué no he contestado tus llamadas o algunas de tus cartas. - me acerco a ella y ella se queda firme donde esta con una mirada realmente fría. - Lindsay.

- No quiero escucharte, Nikki. - dice de una manera bastante brutal. - Mientras tu estabas con la puta droga, las grupies o esas zorras, yo, yo estaba dando a luz y cuidando a esta niña.
¿Por qué no pones los pies sobre la tierra y te haces responsable? Ya eres un adulto.

Volteo hacia la carriola, veo a mi hija que me esta viendo y me sonríe. Trago saliva ya que es más hermosa de lo que me llegue a imaginar que sería, además tiene unos ojos tan grandes y verdes.
Ver lo pequeña que es, lo frágil que es y lo hermosa que es, me da nostalgia ya que yo no tuve una madre que se preocupara tanto por mi como lindsay lo hace por ella. Además pienso en que esa pequeñita niña es mi hija, lleva mi sangre y...

- Es muy linda. - digo sin dejar de ver a la niña.

- Lo sé. - dice.

- Quisiera decir lo lamento pero se que no sirve de nada. - volteo con Lindsay. - Pero todo esto me da miedo.

- ¿Miedo? Miedo debería darte las putas drogas y el alcohol, no en ser padre.

- No me entiendes, no entiendes nada.

- No, pero podrías explicarme.

- Antes que nada... deberías de calmarte ya que he escuchado que si te enojas mucho eso afecta a la leche. - digo y ella frunce el seño. - No pienso explicarte cosas que no vas a entender o no vas a querer entender por tu coraje. Solo te puedo decir que me aterra ser un mal padre ya que no soy buen ejemplo, tenias razón, ¿que ejemplo puedo ser para alguien?

- Yo también tengo miedo de fallar como madre, no eres el único Nikki.

- Si, todos tenemos miedo pero unos más que otros y lo lamento, lamento ser un hijo de puta contigo y más en los momentos que más necesitabas de mi. - vuelvo a voltear hacia la niña y veo que ella me sigue viendo pero ahora su pequeña carita muestra que esta apunto de dormir.

- Al menos deberías de cargar a tu hija o hacer algo al respecto, con verla no pasará nada, ella necesita sentir los brazos de su padre.

- No digas tonterías, Lindsay. - digo.

- Cómo quieras, pero olvídate de volver a verla. - mueve la carriola hacia otro lado.

- ¿Puedes dejar de enojarte por todo lo que digo?

- ¿Puedes dejar de ser tan tonto?

- Esta bien... cargare a la niña

- Se llama Chloe. - cruza sus brazos.