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Nikki
Abro mis ojos con una pesadez increíble, siento como si alguien hubiese pegados mis párpados a mis ojos. Miro el techo blanco de la habitación y recuerdo la noche anterior donde sufrí una sobredosis y vi mi cuerpo siendo llevado a aquella ambulancia, es como si yo fuera un espectador desde el cielo o algo así. También recuerdo que Lindsay vino a mi casa, estuvo aquí o tal vez solo tal vez... volteo a mi lado y veo a Líndsay, tal vez no era un sueño.

La observo percatandome de que trae un vestido negro largo ajustado al cuerpo, traía un peinado como una especie de coleta y joyería en en su cuerpo. Bajo mi mirada recorriendo cada rincón de su hermoso cuerpo y veo el escote qué hay en sus senos, su pequeña cintura, sus grandes caderas y sus piernas torneadas. Veo aquel anillo de compromiso qué trae incrustada una piedra preciosa que parece ser un diamante.
Veo también sus uñas largas de un color negro y en lo bien detallada que están.

Mierda... es tan hermosa, demasiado hermosa que duele verla y no tenerla a mi lado.
Me levanto de la cama sin hacer mucho movimiento para que ella siga dormida y así se quede más tiempo mi lado aunque sea por un instante.

Me mito al espejo una vez que he entrado al baño y me doy cuenta que aun se ven los piquetes de las dos agujas de adrenalina qué me puso aquel pramedico y vaya suerte la mía al salir vivo y que ese hombre fuese fan de Motley Crue o ahora mismo no estaría aquí. Aunque pensándolo bien no hubiese estado tan mal no haber despertado.

Termino de ducharme y me pongo unos pantalones de mezclilla, una camisa negra y unas botas del mismo color qué la camisa. Salgo de nuevo a la habitación y veo que Lindsay ya esta despierta y ahora esta sentada sobre la cama y coloca sus altos tacones en sus pequeños pies.

- Hola. - digo y ella voltea conmigo. - Creo que debo de agradecer que te quedaste anoche conmigo. Fuiste la única persona que se ha preocupado por mi ya que no he recibido ninguna llamada ni de los chicos. - digo y ella se pone de pie, luciendo increíblemente hermosa y sexy.

- No tienes que agradecer nada Nikki, en parte también quería quedarme. Tenía miedo de no despertarás después de dormirte. - dice mientras acomoda su peinado con sus manos.

- Supongo que te marchas con... tu novio. - digo sin querer decir la palabra "novio" porque decirla es como si yo mismo empezará a encajar un cuchillo en mi corazón.

- Tengo que volver, tengo que decirle el motivo por el cual desaparecí anoche y tal vez se enoje pero todo saldrá bien. - dice y camina hacia conmigo. Se para a tan solo unos cuantos centímetros alejada de mi y puedo oler lo bien que huele, había olvidado su olor.

- Podrías quedarte a comer algo. - comento y ella solo suelta un pequeño suspiro. - o al menos permite que te lleve a donde te estas quedando.

- Gracias. - responde.

Bajamos las escaleras y en todo momento no puedo dejar de ver el movimiento de sus caderas al caminar, tampoco sus hombros desnudos y entonces la agarro del brazo acorralandola sobre la pared, ella me mira sorprendida y pone sus pequeñas manos sobre mi pecho para tratar de quitarme.

- ¿Que estas haciendo Nikki? - pregunta a la vez que intenta alejarme.

- No puedo verte sin querer besarte y sin querer tocarte. - presiono su pequeña cintura con uno de mis brazos pegándo su cuerpo más a mi y con mi otra mano libre toco su mandíbula. - Lindsay, te deseo tanto y te amo tanto como no tienes una puta idea.

- Nikki, será mejor que me sueltes. - dice en tono de amenaza pero la verdad me da igual todo en este momento. - Estoy comprometida con Harry, el me ama y yo lo quiero muchísimo y no dejaré que tu arruines esto.

- Lo quieres más no lo amas, estoy seguro que aun me amas como antes. - acerco mis labios a sus labios y a tan solo unos cuantos centímetros nos quedamos separados. Siento su cálido aliento y su olor entra en mis fosas nasales. Me siento en casa.

Brooklyn Baby. [Nikki Sixx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora