Una nueva guerra ¿Quiénes son los Palacianos y los Caballeros de Acero?

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Habían pasado varias semanas desde que su hermana lo había dejado en la isla donde se crió para que entrenara junto a Shaina.

Aunque avanzaba bien en los entrenamientos, aunque ahora sabía bien quién era, no podía dejar de pensar en lo que había ocurrido en la guerra contra Marte, decepcionado de sí mismo aún a pesar de las palabras de sus hermanas y sus padres.

La batalla había acabado, era algo que debía tener siempre en mente, ahora debía ser alguien diferente... él era el príncipe de Tokio de Cristal, descendiente directo del Milenio de Plata, y ahora debía actuar como tal.

Los estudios eran lo primero ahora, el entrenamiento era después, así es como su hermana había sobrellevado todos estos años, dividiendo su vida en dos: Usa, la princesa de Tokio de Cristal y estudiante de Universidad en Ciencias Políticas, y Neo Sailor Moon, la nueva Sailor Scout protegida por la Luna.

Él debía ser alguien que pudiera hacer lo mismo, y dejar de lado su vida como Koga de Pegaso para concentrarse en ser Koga Tsukino, estudiante de segundo de secundaria, miembro del club de artes marciales y próximo candidato a presidente del consejo estudiantil de la Secundaria Juuban.

Koga siguió pensando en eso, mirando sus manos vendadas por las heridas que había sufrido en la batalla contra Apsu, hasta que una voz que desconocía lo sacó de su mente.

—¿Es ése el puño que acabó con un Dios?—Preguntó alguien desconocido, lo que hizo que Koga dejara de mirar sus puños heridos y mirara al frente para ver quién le había hablado.

El Sol iluminaba directamente la espalda de aquel sujeto, y por esa razón Koga no podía distinguir bien de quién se trataba, sin embargo, lo poco que distinguía de él era que llevaba un equipaje consigo.

—Yo te derrotaré, ¡Y me convertiré en un Dios!—Dijo arrojando el equipaje que llevaba consigo mismo antes de saltar para atacar a Koga, que esquivó el ataque con facilidad.

El viento movió su cabello rojo, revelando la marca de luna creciente sobre su frente, marca que cubrió inmediatamente, pues su hermana le había dicho que era mejor ocultar su identidad para la vida diaria para evitar alguna pregunta incómoda.

Miró a su atacante, un chico de cabello azul oscuro y ojos rojos, una característica bastante llamativa.

El chico siguió atacándolo un poco antes de detenerse después de otro golpe fallido —El caballero de Pegaso que derrotó a Apsu, el dios de la oscuridad... ¡El asesino de dioses, Koga!—Dijo el chico, sorprendiéndolo.

Durante los meses anteriores estuvo bastante ocupado estudiando, y no sabía nada de los caballeros debido a eso y a que su hermana no quería que se involucrara de nuevo con las peleas, al menos en lo que superaba totalmente lo ocurrido en la batalla contra Apsu, por lo tanto, no sabía que lo llamaban así.

—¡Te derrotaré, y me convertiré en un Dios! Me volveré fuerte... ¡Más fuerte que tú y que cualquiera!—Dijo el caballero.

Koga suspiró, un tanto irritado por las palabras del chico, pues al parecer no notaba que su batalla había acabado ya.

Cerró los ojos irritado y dio la espalda al chico —Hazlo, entonces—Dijo antes de empezar a caminar en dirección opuesta al chico de ropa oscura —Sé el más fuerte o un Dios o lo que sea—Dijo desinteresado en lo que el chico decía.

—¡No te burles de mí! ¿Tienes miedo? ¡Lucha conmigo!—Exigió el chico, pero a Koga no podía importarle menos lo que sea que dijera aquel chico tan molesto, pues él ya no tenía ningún interés en combatir contra alguien nunca más.

—Di lo que quieras... mi lucha ha acabado—Dijo él, sin girarse a ver a aquel chico.

Koga había tenido que pasar por varias cosas durante esos meses, cosas de una vida cotidiana que él nunca pensó tener que pasar, pero la principal de todas ellas era ser ahora el príncipe de Tokio de Cristal, una identidad que desconocía poseer, y además enfrentarse al hecho de que lo separaron de su familia porque su hermana quería evitar que se sintiera solo por la ausencia de sus padres y su hermana gemela, quien era una Sailor Scout: Aria.

Suspiró al pensar en lo mucho que había tenido que aprender en sólo unos meses, en lo que había aprendido sobre su familia, y en lo mucho que extrañaba a sus hermanas en esos momentos.

Mientras pensaba como si siguiera en su vida cotidiana, a la que ya se había acostumbrado, sintió de repente un Cosmos agresivo, cuyo orígen desconocía, pero que daba una sensación familiar que deseaba olvidar con todas sus fuerzas: el Cosmos de oscuridad, pero algo era diferente... no sabría decir el qué.

—Tú no serás...—Dijo, girándose a ver a aquel chico extraño, con un poco de temor recorriendo sus entrañas.

Sin embargo, antes de poder hacer cualquier cosa, un arma extraña y una risa maléfica interrumpió aquel encuentro.

El arma cayó entre él y el chico de ropa oscura, levantando una nube de arena que los hizo cubrirse la cara a él y al otro chico.

—¡Te encontré, Koga de Pegaso!—Dijo un hombre, y Koga, al alzar la vista y distinguir bien a su nuevo oponente, pudo ver que era un guerrero de Marte —Con esa apariencia, ¿¡No serás... un Marciano sobreviviente!?—Dijo Koga, sorprendido y asustado.

—¿Marciano?—Dijo el guerrero ofendido —Ah ¿Te refieres a los guerreros de Marte? No me compares con esos gusanos—Dijo el guerrero antes de alzar su arma —Soy un servidor de la diosa Palas—Dijo el hombre —Un palaciano de Tercera Clase... ¡El Lucero del Alba, el Triturador de Estrellas, Tarvos!—Dijo el sujeto orgulloso.

—¿Palaciano?—Preguntó Koga confundido ante sus palabras —Asesino de Dioses... con mi arma, la Trituradora de Estrellas ¡Destrozaré tu vida en pedazos!—Advirtió el guerrero.

Koga se puso en posición de combate, pero aquel chico de ropas oscuras se interpuso delante de él —¡Oye! Yo, el señor Subaru, lo encontré primero—Dijo el chico —Si lo quieres, lucha conmigo—Dijo el chico bastante convencido de sus palabras —Sólo estoy interesado en los caballeros ¡Los humanos normales pueden perderse!—Dijo el guerrero molesto.

Koga alzó la mirada al cielo, pues en serio deseaba que esto fuera una gran broma ¿Dos personas peleando entre sí para decidir quién de ellos iba a matarlo? ¡Vaya que era algo estúpido y absurdo!

El chico llamado Subaru puso frente a sí el equipaje que había arrojado antes a un lado —No soy un humano normal, perdedor de Tercera ¡Te lo mostraré!—Dijo el chico y Koga deseaba con todas sus fuerzas que se distrajeran lo suficiente para que él pudiese ir de regreso a la casa a disfrutar de una comida deliciosa y un buen cómic.

—¡Ven! ¡Armadura de Acero!—Dijo el chico, llamando levemente la atención de Koga, que vio cómo una armadura que no parecía corresponder a ninguna de las 88 constelaciones se ponía sobre el cuerpo del chico.

—¿Armadura de Acero?—Se preguntó Koga.

"Debí poner atención a las pláticas de papá sobre los caballeros" pensó Koga para sus adentros.

Se dio media vuelta, con toda la intención de alejarse de la batalla, pero entonces pensó en que, tal vez, Subaru podría salir bastante lastimado por aquel guerrero, pues en su experiencia, ningún guerrero de los enemigos de Atenea eran precisamente piadosos con alguien.

Koga suspiró y se cruzó de brazos, mirando la batalla desarrollarse mientras machacaba su cerebro tratando de recordar qué era un caballero de acero.

—¿Qué es un caballero de Acero?—Preguntó ya desesperado, pero no esperaba una respuesta en realidad, razón por la que se asustó cuando Tatsumi contestó a su espalda.

—Los Caballeros de Acero llevan armaduras mecánicas—Dijo, sorprendiendo a Koga, que se giró asustado a verlo, antes de calmarse al notar que sólo era el viejo Tatsumi —Fueron creados para apoyar a Caballeros normales como tú—Dijo el viejo Tatsumi.

—¿Armaduras mecánicas?—Dijo Koga bastante sorprendido —Así es—Respondió Tatsumi —Armaduras de Acero, hechas con el poder de la Ciencia, para aligerar la carga de los Caballeros de las 88 constelaciones, ya que son muy pocos—Dijo —Este chico debe ser uno de ellos—Finalizó Tatsumi antes de extender la rota armadura de Pegaso hacia él.

—Koga... ¡Lucha!—Le dijo y él cerró los ojos —Te dije que mi armadura está destrozada, no servirá de nada—Dijo Koga.

—Está dañada porque luchaste intensamente—Le dijo Tatsumi, provocando un sentimiento indescriptible en su interior...

Omega MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora