El viaje en la camioneta es corto, para alegría de Noah y león, dado que el hotel está ubicado en una zona muy céntrica y a pocas cuadras hay unos pequeños pasajes con comida rápida.
Todos tenían ganas de comer algo un poco más nutritivo o qué sonara más cómo si fuera un plato de pastas, no obstante, no le van a hacer asco a una hamburguesa. Más aún teniendo en cuenta qué acababan de llegar y no había muchas expectativas de recorrer la ciudad buscando dónde comer, no cuándo dos de ellos tenían que ponerse inmediatamente a descansar, para luego poder rendir en el entrenamiento, que ya era más que claro que sería completamente arduo.
La castaña, de cualquier manera, no puede evitar preocuparse porque León se sienta un poco pesado luego del almuerzo, pero viendo y considerando qué ya era algo qué le había mencionado a Enzo, no podía hacer mucho más al respecto.
—Vayan pidiendo, qué busco dónde estacionar.— Enzo murmura dejándolos en la puerta del establecimiento.
León y Noah se bajan inmediatamente luego de su petición.
—Te veo adentro.— Se despide de Enzo sin siquiera darse cuenta de que León está bajando a la par de ella.
La castaña camina rápidamente, para su buena fortuna el bar está casi que completamente vacío, ya que no es horario de almorzar, por lo que se encamina hacia la caja a realizar el pedido por los tres...
León alza una ceja detrás de ella, mientras la observa y escucha cómo hace el pedido, siendo honesto para consigo mismo en que no espera jamás, ni imagina qué, también, esté pidiendo por el...
Para cuándo Noah termina de hacer el pedido y saca su tarjeta de crédito para abonar, a la vez que otra cajera se pone al lado de dónde ella está abonando y le dice a León que se acerque para realizar el pedido, es la misma Noah quién alza una mano tocando a León por él codo y niega con la cabeza frenandolo.
—Ya pedí por todos.— Desvía la mirada hacia la cajera y le agradece su atención a la misma de manera cordial.
León observa su brazo, en el área específica que ella había estado tocando hace segundos, no teniendo ni la menor idea de dónde es que había sacado las agallas para tocarlo de esa forma, ya que ninguna persona lo había hecho con anterioridad.
Y mientras que la castaña continúa fingiendo demencia ante ese pequeño avance de su mano para con su piel, no puede dejar de pensar en lo que acaba de hacer. Siendo que puede ser que León se lo tome a la ligera ignorando cualquier tipo de comentario que quiera realizar el respecto, o que le dejen claro que no tiene permitido tocarlo.
—Puedo pagar mi plato, no soy un indigente.— Sisea entre dientes cuándo la cajera se retira a preparar el pedido.
—Nadie dice qué lo seas.— Traga saliva y lo mira negándo con la cabeza.
—Parece qué lo haces, más a diario de lo qué me imagino.— Su voz suena tan ronca y molesta que se estremece cuando él termina su frase...
Cayendo en la cuenta de que era más que obvio que tendría algo que decir al respecto de cómo ella había reaccionado hace instantes al pagar la cuenta por los tres. Pero no se deja intimidar por su prepotencia, alza su barbilla y gira su cabeza levemente para mirarlo directamente a los ojos.
Él la observa enojado, sus cejas están fruncidas, y no puede evitar mostrarse frustrado. —No soy tu caridad, y creo qué ya te lo deje en claro en más de una oportunidad.— Agrega ante su silencio.
Noah revolea sus pestañas, y esboza una sonrisa maldiciosa hacia su persona, sintiéndose con más suerte de la normal para enfrentar al grandote que tiene frente a sus ojos.
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INESTABLE
RomanceALGUNOS CAPÍTULOS ESTÁN EN PRIVADO, (SÓLO TIENES QUE SEGUIR LA HISTORIA Y A MÍ PARA PODER VERLOS) -¿¡Por qué simplemente no te dejas ayudar!?- Exclama exasperada. León se ríe con descaro y sigue caminando a mitad de la noche dejándola sola. -¡Ey, t...