Parte 18

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—Si, yo te llevo, tengo qué ir para ese lado y no hay problema.— Noah infla su pecho y finge una sonrisa.

Pero no es fingida por incomodidad, sino porqué conoce levemente a León y ese intento de no querer aceptar colaboración de nadie, por lo cuál está preparada para cualquier respuesta qué pueda salir por sus labios.

—Estoy acostumbrado a estos lugares, puedo irme por mi cuenta, no es necesario.— Informa mientras qué todos salen de la habitación.

Enzo se despide negando con la cabeza. —Si no nos dejas invitarte algo de comer para celebrar tu primer victoria con Melle, al menos déjanos llevarte.— Pide.

Teniendo qué soltar aquel latiguillo, respecto a qué le habían ofrecido a León irse todos juntos a comer para celebrar dicha victoria, y el mismo lo había declinado apenas Alaric y Enzo se lo insinuaron.

Por eso mismo es qué Alaric se había retirado junto con su amigo y no los había esperado.

León suspira comenzando a perder la paciencia.

Enzo alza sus manos frenando cualquier cosa qué pueda salir por sus labios a modo de excusa y lo observa divertido. —Ya te dije qué nosotros hacemos todo cómo equipo, y no vas a librarte de qué cualquier de nosotros te lleve, en este caso, Noah.— La señala con la cabeza.

Ella aprieta sus labios y se mantiene quita a un lado de Enzo, esperando qué León colabore lo más rápido posible para retirarse de allí con él.

Sus planes se habían visto cancelados en cuánto su amiga tuvo una cita espontánea con alguíen qué estaba esperando hace tiempo, por lo cuál es de verdad qué no le molesta llevarlo hacia su hogar o el gimnasio.

—Avisame cuándo llegas, por favor.— Deja un beso en la frente de su hermana y se sube a su camioneta haciendo un último movimiento de mano para León a modo de saludo.

—¿Vamos?— Noah cuestiona observándolo desde su corta altura, a comparación de lo qué es él

León maldice para sus adentros, ahora está sólo con Noahen el medio de la vereda, aquello es incómodo y lo peor de todo es qué no puede declinar la oferta de qué lo lleve, o mejor dicho, no sabe cómo declinar aquella oferta sin gritarle o ser grosero para con ella.

La castaña saca las llaves de su bolsillo y camina rápidamente hacía su auto, muchos degenerados y borrachos aún siguen en la calle, el antro del que acaban de salir ahora se convierte en un centro de atracción de unos motoqueros de la zona, y quiere salir cuánto antes de allí.

De la misma manera qué siempre lo hace cuándo se tiene que ir sola de alguna pelea.

Y es el preciso instante en el qué León aprovecha para salir caminando en dirección al barrio que comparte con Nick, queriendo evitar qué ella le vuelva a dirigir la palabra en lo qué resta de la madrugada.

Noah mira hacia atrás, en dirección a León, quién se dirige de forma contraria a la de ella.

—No puede ser.— Arquea sus cejas y corre unos cortos pasos hasta llegar a su lado.

—Ey...— Lo frena y mira a su alrededor.

León suspira con pesadez y se da media vuelta para clavar sus ojos azules en los de ells.

—Te llevo.— Le sonríe sincera, señalando con la cabeza el auto frente a ellos.

Él niega con la cabeza pero ni un sólo músculo de su cuerpo se mueve. —Ya dije qué no.— Infla su pecho y suelta las cuatro palabras con pesadez.

La castaña aprieta sus labios e insiste mirando su auto. —No me cuesta nada, León, entiendo que estés acostumbrado a estos lugares pero no son seguros para nadie, menos con los que te hayan visto ganar la pelea...— Arquea una ceja y mira el bolso con disimulo señalandoselo.

—¿Qué estás queriendo decir?— Sisea, curioso por saber lo qué ella tiene para responder.

—No es muy difícil atar cabos de lo que llevas ahí.— Agrega subiendo sus hombros.

León se ríe fugazmente irónico, las venas de su cuello resaltan notablemente, se acerca a ella y se agacha para estar a su altura, haciendo herizar cada uno de los pelos de la castaña qué tiene en frente.

—El dinero me importa una mierda, angel.— La mira de arriba abajo.

Ella siente desprecio en sus ojos... Pero no se deja intimidar, recordándose una y otra vez qué está acostumbrada a tratar con personas cómo León.

—Puede que no te interese, pero es tu prestigio y esfuerzo el que estarías tirando a la basura, porqué para quitarte ese bolso tendrían qué dejarte en el suelo, noqueado, y puede qué seas duro y sepas boxear, pero eso no significa qué puedas con varios a la vez.— Sube sus manos y señala el Lugar.

El cuál cada vez se empieza a llenar de más gente alcoholizada y drogada.

Luego hace una mueca y lo mira por última vez. —Me decís a dónde y yo te dejo ahí, sin hablar, un viaje corto.— Aprieta sus labios y espera su respuesta.

El rubio mira detrás de ella con el ceño fruncido pero Noah no se da vuelta, sólo espera que las palabras salgan de sus labios.

Él con una seña de cabeza le indica que se muevan hacia el auto, finalmente Noah sonríe por dentro habiendo ganado la batalla y camina a la par del rubio hacía su Audi a1...

León camina con su cabeza en alto, y una mueca algo burlona en su rostro qué no puede evitar tener en estos momentos, Kalesi los mira irse con sus dientes apretados y sus puños casi blancos, lástima que las expresiones de su rostro no las pueda reconocer nadie ya que se encuentra todo desfigurado.

Siquiera sabe porqué lo está haciendo, sólo qué disfruta de ver sus puños cada vez más apretados ante la rabia que le genera qué ella se vaya con León.

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